'El teatro es para corredores de fondo'
Desnudo, sin telones ni cajas, el escenario del teatro Bellas Artes de Madrid representa un aula del Conservatorio de Arte Dramático de París. Es 1 de septiembre de 1939 y está a punto de abrirse el curso, cuando la radio anuncia que las tropas nazis acaban de invadir Polonia. Mientras los alemanes avanzan como un torrente, Louis Jouvet (interpretado por Josep Maria Flotats) prepara con su alumna Claudia (Mercè Pons) la segunda escena de las que tiene Doña Elvira en el Don Juan de Molière. Del hundimiento de las líneas de defensa francesas dieron cuenta periodistas e historiadores; la aventura intelectual del maestro con sus jóvenes actores tuvo también su cronista: Charlotte Delbo transcribió taquigráficamente cuanto se dijo en sus clases, y Gallimard lo editó después (Molière et la comédie classique). 'En 1986, Brigitte Jaques, que fue directora del Centre Dramatique National d'Aubervilliers, escogió alguna de aquellas lecciones, las reordenó y montó Elvire-Jouvet 40, que es, con algunas variantes, el texto que estoy poniendo en escena', explica Flotats después de un ensayo.
Lo que más me conmueve de París, 1940 es que transmite la idea de oficio: hay un maestro y un aprendiz, que será maestro con el tiempo
El actor y director catalán, que estudió tres años en la Escuela de Arte Dramático de Estrasburgo y trabajó 21 en Francia con directores que han escrito grandes páginas de la historia del teatro (Georges Wilson, Jean Mercure, Jean-Louis Barrault, Otomar Krejca) y con figuras actuales, siente verdadera pasión por la obra de Jouvet: 'Me formé en su manera de hacer. Él es, junto con Dullin, Pitoëff y Baty, el responsable de la explosión del teatro contemporáneo en Francia: los integrantes del Cartel des Quatre pusieron en escena a los grandes autores de entre los años veinte y cuarenta, releyeron a los clásicos y formaron actores a partir del sentimiento y la verdad, pero con técnica. Son los padres de la escuela francesa. Michel Saint-Denis, otro discípulo de Copeau, fundó en Londres la Old Vic School, la gran escuela inglesa después de la II Guerra Mundial'.
Hace cuatro años que Flotats estrenó Arte, el mayor éxito de teatro textual de las últimas temporadas: 'No he querido hacer otra comedia. París, 1940, que es como he titulado mi versión de Elvire-Jouvet (la ha traducido magníficamente Mauro Armiño), es lo más difícil, austero y esencial a lo que me he enfrentado en mi vida. Como dice el maestro a su actriz en una de las clases: 'Es un solo de flauta con sollozos'. En un momento en que el éxito ha de ser inmediato, mediático, clamoroso y fácil, quiero recordar que el teatro es para corredores de fondo'.
Variantes aparte, Flotats ya hizo una versión de esta obra en el Poliorama de Barcelona. Antes la montó Giorgio Strehler en el Piccolo de Milán, con otro título: Elvira, o la pasión teatral. 'Strehler adoraba a Jouvet: de joven iba a ver sus montajes de Giraudoux en el Théâtre de l'Aténée y, a fuerza de esperarle y saludarle, llegó a ser amigo suyo. Jorge Semprún cuenta que él mismo, Alain Resnais y algunos cineastas de su edad se proclamaron la 'generación de los cuellos torcidos' porque frecuentaban las localidades más baratas de ese teatro: las laterales de arriba del todo. Pero lo que más me conmueve de París, 1940 es que transmite la idea de oficio: hay un maestro y un aprendiz, que será maestro con el tiempo. Releyendo estos días las clases de Jouvet, veo que uno de sus alumnos es Michel Echeverri. ¡Michel, el grand societaire de la Comédie-Française, a quien yo miraba como a un patriarca cuando hicimos Horace, de Corneille, fue un jovencito que le hacía preguntas a Jouvet! Y ahora yo hago el papel del maestro. Es como si se hubiera producido un cortocircuito de lugares y épocas'.
Jouvet (1887-1951) desveló sus dotes actorales y directivas en los años veinte, al frente de la Comédie des Champs Elysées. 'Durante la II Guerra Mundial se negó a seguir trabajando bajo el régimen de Vichy. Fue con su compañía a Iberoamérica, donde estuvo tres años y medio de gira con ocho espectáculos en repertorio. En 1992, cuando estuve allí con El Quijote, todavía hablaban de él con devoción'
París, 1940 se estrena el 3 de octubre en el teatro Bellas Artes de Madrid.
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