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Reportaje:

Buscando el origen de las metástasis

Un estudio español indica que la causa es la circulación de cadenas de genes

Oriol Güell

Una investigación destinada a reducir el riesgo de metástasis en la extirpación de tumores malignos ha llevado a un equipo de cirujanos del hospital de La Paz de Madrid y del hospital General de Albacete a una conclusión sorprendente y contraria a uno de los paradigmas de la oncología. Según los primeros resultados de esta investigación, la metástasis no estaría causada por células cancerígenas que viajan por la sangre, se instalan en otros órganos del cuerpo y allí desarrollan nuevos tumores malignos, como se daba por seguro hasta ahora. La nueva hipótesis señala que lo que realmente circula por la sangre son cadenas de ADN y de ARN, o cadenas de genes tumorales, que alcanzan a células madre de otros órganos, les trasmiten su material genético y, entre las instrucciones recogidas en él, la orden de multiplicarse sin cesar.

Los primeros resultados ya se han publicado en algunas revistas de prestigio
La nueva hipótesis descarta la migración de células malignas por la sangre

'Si se confirman nuestras primeras observaciones, se abrirían puertas hasta ahora desconocidas en la lucha contra el cáncer', explica Damían García Olmo, responsable de la investigación. 'Eliminar de la circulación sanguínea células cancerígenas de un modo seguro es algo que por el momento está fuera del alcance de la medicina. Pero limpiar la sangre del material genético que circula por ella podría ser factible', afirma García Olmo.

Esta hipótesis no es una cuestión sin importancia, si se atiende a las causas de las muertes causadas por el cáncer: 'En la mayoría de los cánceres [excepto algunos como el de pulmón], lo que mata al paciente raramente es el tumor original, que se consigue reducir con quimioterapia o cirugía. Lo que eleva la mortalidad es casi siempre la metástasis', añade García Olmo.

La investigación, como insiste este cirujano, está aún en sus fases iniciales, pero las primeras conclusiones ya han sido publicadas en revistas médicas como Blood, Histology and Histopathology y Annalsof the New York Academy of Science.

Reducir el número de células cancerígenas que la extirpación de un tumor de colon libera en la sangre. Éste era el objetivo inicial que, hace tres años, llevó a García Olmo a iniciar las investigaciones. Él es cirujano especializado en extirpar los tumores malignos localizados en el colon. 'Si estas células son las responsables de la metástasis, nuestro objetivo era averiguar qué técnicas de las que usamos en las intervenciones son las menos contaminantes para la sangre. Con ello, esperábamos aumentar la expectativa de vida de los pacientes a los que extirpábamos un tumor maligno', recuerda García Olmo.

Pero las muestras analizadas dieron resultados sorprendentes: 'Vimos que daba igual la técnica utilizada. Cualquiera de ellas liberaba en la sangre un número extraordinariamente bajo, casi inexistente, de células cancerígenas', afirma este cirujano. 'Además, según comprobamos, las escasísimas células liberadas eran muy poco efectivas para desarrollar el cáncer en otras partes del cuerpo', continúa García Olmo.

Si no eran las células lo que circulaba por la sangre y extendía el cáncer, entonces ¿qué era lo que originaba la metástasis? 'Registramos la presencia de mucho material genético en la sangre, cadenas de tamaño variable de ADN y ARN', asegura García Olmo.

Las investigaciones no han aclarado todavía cómo circula este material genético, conocido como oncogenes, ni cómo es posible que cadenas de ARN, en principio muy inestables, puedan circular largo tiempo por la sangre. 'Son preguntas que aún tenemos que responder. Por ejemplo, una hipótesis apunta que las cadenas de ARN podrían estar recubiertas por liposomas. Esto cambiaría nuestra percepción sobre el cáncer, ya que una cadena de ARN recubierta por liposomas es algo muy parecido a un virus', añade el cirujano.

El equipo de García Olmo calcula que le quedan por delante no menos tres años de investigaciones; 'para demostrar o no la validez de nuestras suposiciones', explican. 'Sería un desafío a una de las creencias más establecidas de la oncología, pero su veracidad podría aportar nuevas claves muy interesantes para el tratamiento del cáncer', concluye García Olmo.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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