El concierto que cerró una época
En cosas de cultura, de música para ser más exactos, a menudo la historia se construye sobre un pequeño cúmulo de casualidades. Un grupo en la cresta de la ola decide retirarse cansado del ajetreo de las giras y monta un concierto de despedida, invita a algunos amigos y llama a un cineasta para que haga un reportaje del evento. Puede parecer una nadería, pero el resultado fue un punto y aparte en la historia del rock. El grupo se llamaba The Band, el concierto de despedida se tituló The Last Waltz, entre los amigos figuraban tipos como Van Morrison, Neil Young, Eric Clapton, Joni Mitchell o Bob Dylan y el cineasta era Martin Scorsese.
Ahora, con un cuarto de siglo de perspectiva, queda más que claro que hubo un antes y un después de The Last Waltz por muchas y diferentes razones. Una edición de lujo en cuatro cedés remezclados por Robbie Robertson con más de dos horas de música inédita (24 temas no publicados nunca oficialmente) acaba de aparecer en el mercado conmemorando los 25 años de la primera edición oficial en tres elepés y añadiendo argumentos musicales de peso a los que defienden la singularidad del evento. Una edición remasterizada (tanto en imagen como en sonido) del filme se ha puesto a la venta en Estados Unidos en formato DVD, incluyendo entrevistas y comentarios tanto del director como de Robbie Robertson, líder incontestable de The Band, que, con la perspectiva del tiempo, ayudan a situar cada detalle en su justo lugar. Si la nueva edición audio ofrece muchas y muy interesantes novedades, el DVD, aparte de recuperar el filme con toda su intensidad, aporta pocas imágenes nuevas ya que, debido a la complejidad y alto costo del montaje, Scorsese sólo filmó lo necesario para las casi dos horas del montaje final. Una jugosa jam session inédita que siguió al concierto se corta por la tremenda mientras un rótulo nos informa que las siete cámaras utilizadas estaban ya totalmente recalentadas. Lástima, porque los inéditos contenidos en el cuádruple álbum son de lo más interesante e incitan a soñar en una versión filmada de más de cuatro horas.
La historia del The Last Waltz se inicia en 1976. The Band vivía su mejor momento, pero sus integrantes estaban cansados de las largas y nada reposadas giras en las que habían estado embarcados. 'Hace 16 años que estamos juntos en la carretera', explica Robbie Robertson a Martin Scorsese en un momento del filme. 'Durante ocho años tocamos en bares, tabernas y salas de baile y después hemos estado dando conciertos en estadios y polideportivos. ¡16 años de gira! Lo piensas y empiezas a asustarte. Yo no soportaría otros veinte años en la carretera. Tal vez sea superstición, pero no hay que llamar a la desgracia. Muchos de los mejores murieron de gira: Hank Williams, Otis Redding, Buddy Holly, Jimi Hendrix, Janis Joplin... Es un estilo de vida imposible'.
Con esta idea se montó el concierto de despedida en el mismo lugar en el que el grupo canadiense había ofrecido su primera actuación como The Band: la sala de baile Winterland de San Francisco. La fecha escogida fue el Día de Acción de Gracias de 1976, un día altamente señalado en la tradición norteamericana, cosa que el hábil Graham no pasó por alto. El Winterland podía acoger a más de 5.000 personas así que Graham preparó una cena típica para todos incluyendo el tradicional pavo y un menú especial para vegetarianos.
Pasados ocho minutos de
las nueve de la noche, The Band apareció en el escenario: a partir de ahí todo lo sucedido forma parte ya de la historia. 'Queríamos que fuera más que un simple concierto, queríamos una fiesta', recuerda Robertson, 'e invitamos a algunos amigos'. Claro que los amigos de The Band no eran precisamente unos desconocidos. El mismo Robertson reconoce que se trataba de 'los tipos más influyentes en la música de toda una generación'. Por el escenario desfilaron Ronnie Hawkins (primer patrón del grupo), Dr. John, Bobby Charles (autor de See You Later, Alligator), Paul Butterfield, Muddy Waters, Eric Clapton, Neil Young, Joni Mitchell, Neil Diamond, Van Morrison y Bob Dylan, añadiéndose para la jam session final Ringo Starr, Ronnie Wood y Stephen Stills. No contentos con este cast que focalizaba sus facetas más rock y blues, The Band y Scorsese reunieron unos meses después en un estudio de Hollywood a los Staples Singers y Emmylou Harris para rodar nuevas escenas a insertar en el filme y cubrir las caras country y gospel de la banda.
La nueva edición en cedé no ofrece la totalidad del concierto (tampoco se anuncia así), pero recupera con un sonido espectacular casi todos los temas que ediciones piratas habían sacado a luz. De lo conocido falta incomprensiblemente un Georgia on my mind cantado por Richard Manuel pero, en cambio, se han añadido cinco impagables tomas de los ensayos. Cuatro pequeñas muestras de work in progress realizadas en estudio completan esta edición definitiva de The Last Waltz, el concierto que cerró una de las épocas más influyentes de la música popular y marcó los patrones a seguir por todo el rock filmado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.