_
_
_
_
Crítica:XII BIENAL DE FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Rostro jovial para García Lorca

Una gozada con mucho arte. Ortiz Nuevo ha recurrido a Lorca una vez más, barajando los textos a su manera y buscando el rostro más jovial del poeta. Una reunión informal en la Huerta de San Vicente, que dura poco más de una hora, en la que los personajes, además de comer sabrosa fruta, se entregan a diversas ocurrencias artísticas.

Todas llenas de arte, de imaginación, de humor. Sin alardes, sin ninguna concesión a lo espectacular, esta media docena de flamencos de verdadero talento cuajan una pequeña obra maestra cuyo hilo conductor es la palabra de Ortiz Nuevo, dicha con la convicción con que en tiempos él mismo incorporaba a Pericón de Cádiz, por ejemplo.

Javier Barón hace un excepcional trabajo. Bailar solo, incluso sin música, a veces con el acompañamiento de la palabra recitada sin más, a veces con las percusiones de un humilde cántaro manejado por las manos brujas de Soler, es muy difícil, una verdadera hazaña. El bailaor no tiene defensa alguna, y ha de dar el baile a cuerpo limpio. Barón lo hace con inspiración, ejemplar sencillez y extraordinaria clase. No se escuda en zapateados abusivos ni en cualquier otro recurso de dudosa legitimidad. Una lección.

Dime

Baile: Javier Barón. Invitado: Diego Carrasco. Cante: Juan José Amador. Toque: Javier Patino. Percusión: Manuel Soler. Recitador: José L. Ortiz Nuevo. Dirección: Pepa Gamboa y Belén Candil. Teatro Central, Sevilla, 9 de septiembre.

Soler, una vez más, es ese artista plural que lo hace todo y todo lo hace bien. En esta ocasión, además de en las percusiones y el baile, se explaya haciendo unos diálogos del Don Perlimplín lorquiano. Y sin dejar de ser él, Soler, con su definida personalidad. Tampoco Diego Carrasco tuvo que enmascarar la suya para comparecer con cante, toque y compás en interpretaciones que le van como anillo al dedo; una, incluso, Oliva y Naranja, de su propio repertorio. Excelente también Amador, gran cantaor y responsable en esta obra de la adaptación de los textos al cante. Y en el toque, un joven, Javier Patino, jerezano que supo mantener el tipo holgadamente.

Este Dime, pues, es una obra llena de frescura e inventiva, con humor de buena ley y arte de muchos quilates. Gamboa y Candil la dirigen sin necesidad de violentar en ningún momento el fluir natural de lo que ocurre en el escenario, lo que siempre es un índice inequívoco de buen hacer. Lo dicho, una gozada.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_