_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La rueda de Cheshire

Os juro que no he tomado LSD, ni siquiera he desayunado una tortilla de hongos alucinógenos, de verdad, nada de nada, cereales y pan con mermelada, creánme. Además es que no puedo, que hay que pasar control, pero bueno, ésa es otra historia. Pero es verdad, aunque parezca surrealista, que lo es, aunque parezca increíble, que también: he visto una rueda andando sola en mitad del pelotón. Lo juro, y tengo testigos.

Iba de derecha a izquierda; chocaba con uno, y rebotaba; iba a por otro, y lo mismo; ahí ha debido de empezar a ponerse nerviosa, pues buscaba un hueco para escapar desesperadamente, y cuando lo ha visto allí se ha ido sin mirar atrás, tal como lo cuento. Imprudente y temeraria, que en el pelotón tenemos nuestras reglas, se ha lanzado a la cuneta con arrojo, con una cara de susto que pa qué [te voy a contar]. Vaya, que se me ponen los pelos de punta sólo de pensar en el accidente que podía haber provocado: si es que iba hasta más rápido que nosotros, y, yo me he fijado, ¡iba sin frenos!

Más información
Cipollini repite victoria tras imponerse en el 'sprint' de Roquetas

A mí al menos, eso me ha parecido, aunque si lo pienso fríamente, ya no me fío ni de lo que he visto. Ay Dios mío, que me está pasando, ¿tan mal voy que ya hasta la cabeza tengo perjudicada?

Sí, es verdad, ahora caigo, ¿cómo no me he dado cuenta antes? Era como el gato de Cheshire; mejor dicho, como su sonrisa. Sí, el gato burlón de Cheshire de Alicia en el país de las maravillas, el mismo que recordaba Aute en una de sus canciones. Un gato sonriente que se evaporaba y desaparecía, pero que dejaba su sonrisa flotando en el aire, una sonrisa sin gato. Eso es, todo encaja, sí señor, era la rueda de Cheshire, que iba en bici tranquilamente, y desapareció con bici y todo, pero dejó su rueda rodando en el pelotón. Lo que hay que ver... y leer.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_