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Los socialistas de la antigua Corona de Aragón afirman su apuesta federal para España

Antich, Iglesias, Pla y Maragall defienden los intereses comunes de las cuatro autonomías

Enric Company

Los líderes socialistas de Aragón, Valencia, Baleares y Cataluña reafirmaron ayer solemnemente en Barcelona su voluntad de convertirse en punta de lanza del federalismo en España y de promoverlo tanto en el PSOE como en la acción de gobierno en sus respectivas comunidades. En un acto celebrado bajo el lema De la Corona de Aragón a la propuesta federal, el presidente del PSC, Pasqual Maragall, destacó: 'Todo, la historia y los intereses, nos lleva a proponer una manera propia de estar en España y Europa', y afirmó que la fuerza de Aragón, Baleares, Valencia y Cataluña reside en convertirse en una región europea potente, pieza clave del arco mediterráneo noroccidental.

El PSC escogió el marco medieval de las Atarazanas, donde se construían las naves de la flota de la Corona de Aragón, para reunir a los presidentes de Aragón y Baleares, Marcelino Iglesias y Francesc Antich, respectivamente, junto con el secretario general de los socialistas valencianos, Josep Ignasi Pla, y el presidente de los catalanes, Pasqual Maragall, en un acto destinado a mostrar la existencia de un vínculo especial que les une.

Los cuatro intervinieron para explicar que, lejos de evocaciones nostálgicas de un pasado ya muy lejano, los socialistas de estas cuatro comunidades comparten la propuesta federalista como modelo de articulación de la España actual. Especificaron que ahora esta propuesta persigue conseguir la reforma del Senado para que sea efectivamente Cámara de representación de las comunidades autónomas, la creación de la conferencia de presidentes de comunidades autónomas y la participación de las comunidades en la representación de España en la Unión Europea.

Junto a estos objetivos, los cuatro partidos pretenden, y quieren practicar ya, como subrayó Antich, 'otra manera de hacer las cosas en España: la transversalidad'. Es decir, la relación horizontal entre comunidades que, en el caso de las que antaño formaron la Corona de Aragón, tienen en común elementos culturales e históricos y comparten un espacio geográfico con unas potencialidades muy específicas.

El primer secretario de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, advirtió de que el desarrollo del modelo autonómico se halla en un punto de inflexión, en el que el Gobierno del PP quiere imponer una concepción neocentralista de España y los nacionalistas periféricos abogan por una relación bilateral con el gobierno de turno. Frente a ambas opciones, Pla defendió la propuesta federal, que, para el casao valenciano, debe incluir ahora poner su estatuto de autonomía al mismo nivel político que los demás atribuyendo a su Gobierno la facultad de disolver las Cortes.

Antich insistió en que los gobiernos autónomos necesitan disponer de un ámbito de cooperación 'en el que se pueda expresar la España real y las comunidades puedan defender su diversidad'. Iglesias explicó que eso no es mera retórica, pues en el actual funcionamiento del modelo autonómico, su Gobierno no ha tenido ocasión de explicar y defender ante los demás gobiernos autónomos su oposición al trasvase del Ebro.

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Maragall mostró su satisfacción por el hecho de que los socialistas de Aragón, Valencia,Baleares y Cataluña se hallen en condiciones de 'superar los viejos fantasmas que impedían la expresión franca y abierta' de su 'relación fraterna'. Más directo, Iglesias criticó que cada vez que se reúne con Pla, Antich y Maragall la derecha les acusa de 'debilitar el país'. '¿Nos hará más débiles ser federales como Estados Unidos, Alemania, Canadá o Australia?', preguntó.

Estas críticas fueron, efectivamente, lanzadas ayer de nuevo por el portavoz del PP en el Senado, Esteban González Pons, que en Madrid recriminó a Pla, Antich e Iglesias que se sumen a una estrategia de Maragall que persigue 'crear la gran Cataluña, recrear los países catalanes, y sustituir el estatuto de la Comunidad Valenciana por un estatutet con el que quedaría siempre sometida'.

Maragall, en cambio, mostró su satisfacción por poder expresar junto con los socialistas aragoneses, valencianos y baleares 'un compromiso de impulsar una propuesta de futuro leal y constructiva, que permita expresar los intereses comunes, que el nacionalismo conservador catalán siempre ha pospuesto, cuando no negado'.

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