Uralita se adentra en mercados más fríos
El grupo refuerza su posición en los países del Este con la compra de los aislantes de Pfleiderer
La operación alemana, que se cerró en pleno agosto y se formalizará en noviembre, conlleva un desembolso en metálico considerable para una compañía cuyo valor bursátil ronda los 343 millones de euros, se financiará con un crédito de ABN Amro y supondrá casi duplicar la deuda neta de Uralita (de 300 a 500 millones). 'No nos preocupa ni la financiación ni la deuda', asegura el consejero delegado del grupo, Manuel Masnou.
Pero el objetivo de Uralita reside en estar presente en mercados de gran potencial de crecimiento y la compra de la división de aislantes de Pfleiderer, a juicio de los responsables de la compañía, se lo permite. La filial, que facturó 197,8 millones de euros el año pasado, emplea a 1.500 trabajadores y posee plantas en Alemania, Bélgica, Eslovenia, Hungría, Polonia y Rusia, grandes consumidores de aislantes para viviendas debido a las bajas temperaturas que sufren durante la mayor parte del año.
El 47% de los ingresos de la compañía ya proviene del exterior tras convertirse en el tercer productor de aislantes de Europa
'Pfleiderer nos da acceso a nuevos mercados', según Masnou. Muchos de esos países prevén entrar en la Unión Europea en 2004 y, en principio, recibirán de inmediato un suculento paquete de fondos estructurales.
Uralita, una compañía centenaria tradicionalmente ligada al mercado español, inició hace varios años su expansión internacional (Francia, Portugal, Brasil, Reino Unido, Italia), pero la compra de la división alemana constituye, según su presidente, un paso definitivo y le permite rozar su objetivo de que la mitad de los ingresos provenga del extranjero: ahora facturará el 47% fuera del mercado español.
'Uralita deja de ser definitivamente una compañía local', sentenció el presidente de Uralita, Juan Miguel Antoñanzas, en la conferencia de prensa para explicar los detalles de la adquisición.
Confianza en el futuro
La operación coincide con una coyuntura económica nada sencilla y de combulsión de los mercados bursátiles. 'Es el mejor momento para dar este paso y demostrar nuestra confianza en el futuro', aseguró, no obstante, Antoñanzas. Uralita es una de las compañías que están notando los efectos de la desaceleración económica. Los beneficios se redujeron un 38% el año pasado. En el primer semestre de este ejercicio, la compañía ganó un 24% menos. Aún así, el grupo mantiene la previsión de incrementar sus resultados entre un 30% y un 40% en 2002.
Los inversores han reaccionado con relativa tranquilidad. Tras el anuncio de la compra, el martes pasado, las acciones de Uralita han perdido cerca de un 0,7%, aunque hay que tener en cuenta que los títulos se movieron buena parte de la semana pasada en un entorno bursátil bastante hostil.
Estratégicamente, la operación es positiva, según Uralita. El grupo espera reducir costes en 9,3 millones y aumentar un 18% los ingresos. Ambas compañías suman ventas por 400 millones de euros anuales en el negocio de los aislantes. Pero la compra dejará a la compañía con una deuda de unos 500 millones, que refinanciará con un crédito sindicado. 'No hay que olvidar que tenemos la hucha de Aragonesas', recuerda Masnou. La empresa ha puesto a la venta su filial química para centrarse en el negocio de los aislantes. Sólo está a la espera de que surja una buena oferta por esta división, cuyo valor contable supera los 200 millones de euros.
De cara al futuro, Uralita no da por finalizada su expansión y, según Antoñanzas, los meses de agosto son un momento idóneo para cerrar tratos: 'Se negocia muy bien ese mes, sin las molestias del día a día', bromeó.
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