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Un menor se confiesa autor de la muerte del mendigo de Callosa

La Policía detiene a cuatro personas por apalear hasta la muerte al indigente

El Juzgado de Instrucción número 3 de Orihuela ordenó ayer el ingreso en el centro de recepción de menores de L'Alacantí de los dos jóvenes que, junto con dos adultos, supuestamente apalearon hasta la muerte a un indigente búlgaro de 42 años en la madrugada del lunes, en Callosa de Segura (Vega Baja). Uno de los jóvenes reconoció ante la policía su participación en los hechos; el otro se declaró inocente.

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En su declaración ante la policía judicial de Almoradí, uno de los menores imputados confesó su participación en el homicidio. Su compañero se declaró, sin embargo, inocente. No obstante, el juez decretó el ingreso de ambos en un centro de recepción de menores. Por su parte, los otros dos supuestos agresores negaron ante la policía su participación en la agresión, si bien reconocieron que no impidieron los golpes. Éstos, pasadas las nueve de la noche de ayer, continuaban declarando ante el juez, en un interrogatorio que se inició a las 17 horas.

El cadáver de la víctima fue hallado al filo de las siete de la mañana del lunes por un trabajador municipal del servicio de la limpieza. El cuerpo estaba tendido en el parque municipal de la Glorieta de Callosa de Segura. Según explicó ayer el subdelegado del Gobierno en Alicante, Luis Garrido, el móvil del crimen fue el robo. Los cuatro hombres abordaron a la víctima con el fin de robarle mientras dormía en uno de los bancos del parque. La resistencia del transeúnte motivó la reacción 'despiadada y brutal' de los agresores, según relató Garrido. Los cuatro imputados, conocidos delincuentes habituales en la zona, cogieron barrotes y se ensañaron a golpes con la víctima hasta causarle la muerte. Uno de los jóvenes sustrajo un anillo que portaba la víctima. La sortija fue encontrada más tarde entre las pertenencias del menor.

El trabajador municipal vio al indigente tendido en el parque. Primero pensó que estaba dormido, pero cuando se acercó comprobó que el cuerpo presentaba signos de violencia y que el hombre ya no respiraba, por lo que alertó a la Policía.

El transeúnte era muy conocido entre los residentes de la zona. El parque municipal de La Glorieta era el lugar donde el fallecido practicaba la mendicidad y solía dormir en uno de los bancos. Los vecinos coincidieron en definir a la víctima como un hombre tranquilo y nada conflictivo.

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Garrido apuntó que los supuestos responsables de la muerte del transeúnte son personas caracterizadas por su 'asociabilidad y conflictividad'. La primera detención se practicó dos horas después de descubrirse el cuerpo. El resto, a lo largo del día.

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