Golazo de escuela de Baraja
El Valencia vence a su manera en Son Moix a un Mallorca muy debilitado por las bajas
Curso de técnica futbolística: se para el balón con el pecho, se amortigua y, en su caída, antes de que bote en el césped, se empalma con el exterior del pie. De esa manera, el cuero sale disparado y en trayectoria ligeramente ascendente, salpica en el larguero y entra. Así lo ejecutó ayer Baraja, en una belleza de gol que salvó un partido que iba camino del infierno. Ni siquiera Baraja estaba atravesando por una de sus mejores tardes, pero éstas son las cosas de los elegidos: les sirve un fugaz instante de inspiración para congraciarse con el fútbol. Al Valencia le bastó parecerse a sí mismo para obtener su primera victoria en el estadio de Son Moix. Y para tumbar a un Mallorca muy escuálido, afectado por las bajas y por la crisis económica, apenas sostenido por la chispa de un par de chicos muy prometedores: el interior zurdo Riera, excelente ayer, y el delantero Güiza. También por uno de los recién llegados, el Turu Flores, quien, para fortuna valencianista, entró demasiado tarde.
MALLORCA 0| VALENCIA 2
Mallorca: Leo Franco; Olaizola, Nadal, Niño, Poli; Campano, Novo (Güiza, m. 66), Harold Lozano (Paco Soler, m. 83), Marcos, Riera; y Pandiani (Turu Flores, m. 83). Valencia: Cañizares; Curro Torres, Pellegrino, Marchena, Carboni; Rufete (Salva, m. 79), De Los Santos, Baraja, Vicente (Kily González, m. 55); Aimar; y Carew (Angulo, m. 64). Goles: 0-1. M. 10. Disparo de Vicente que rechaza Leo Franco. El balón le llega a Aimar, que centra hacia atrás, Rufete cede a De Los Santos y éste dispara cruzado a gol. 0-2. M. 56. Baraja baja el balón con el pecho y , sin dejar que bote, empalma desde fuera del área y se cuela por la escuadra. Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Curro Torres, Harold Lozano. Unos 20.000 espectadores en el estadio de Son Moix.
Difícil concluir si la bronca de Benítez a sus jugadores en el entrenamiento del viernes -por falta de atención los envió a todos a la ducha- tuvo algún efecto. Lo que es seguro es que a los futbolistas no les hizo ni pizca de gracia, pero después, en el campo, el Valencia fue otra vez ese equipo tan reconocible. El cuadro de Benítez vivió de nuevo de la efectividad de su ataque -tres ocasiones de gol y dos goles- y de la perfección de su defensa, en la que importa bien poco quién ocupe la franja central: siempre funciona. Ayer Pellegrino y Marchena, otra vez impecables. Un Marchena que, por cierto, sí fue ayer ese jugador que quiere Iñaki Sáez para sustituir a Hierro. Claro que ayer jugó en su terreno natural, el de central. A ellos se une puntualmente Carboni, tan firme como siempre camino de los 38 años. Los goles, ya se sabe, reservados a los centrocampistas: primero De los Santos y después Baraja. Después de una decepcionante campaña, el uruguayo De los Santos necesitaba más que nadie un gol en el primer partido de Liga. No es un jugador de filigrana, desde luego, pero tampoco el tronco que pareció el curso pasado. Ayer marcó y trabajó con devoción, que es lo suyo. En cuanto a los delanteros -Carew y Salva- se dedican más a defender que a atacar. Y debe ser realmente frustrante para gente que vive del gol, sobre todo en el caso de Salva Ballesta.
Sin Ibagaza, Eto'o (lesionados) y Luque (traspasado al Deportivo), el Mallorca se quedó ayer en los huesos. La crisis financiera se deja notar también en el club balear que ofreció, sin embargo, una luz por su costado izquierdo: Riera. Un zurdo espigado y fino cuyo gran regate llevó a Curro Torres por la calle de la amargura. Todo lo que hizo Riera, internacional sub 21, ponía a temblar a la defensa valencianista, como aquel centro enroscado a última hora de la primera parte que Pandiani cabeceó al larguero. Riera superó muy a menudo a Curro Torres, que recurrió a las faltas. Pero el Rifle Pandiani, que llegó hace unos días de A Coruña, tenía la mirilla desenfocada. A última hora le sustituyó el Turu Flores, que metió un par de pases entre líneas muy inteligentes. A poco que se ponga en forma después de mucho tiempo inactivo, el Turu parece el más indicado para borrar la nostalgia que queda en Son Moix por la marcha de Luque.
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