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El vandalismo en el Retiro continúa pese al cierre nocturno decretado hace un año

Los sindicatos exigen mayor presencia policial y más iluminación en el parque

Desde hace casi un año, el Retiro duerme con las puertas cerradas. El Ayuntamiento cerró el parque en octubre pasado por razones de seguridad. A pesar del cierre, los trabajadores del Retiro denuncian que sigue habiendo actos vandálicos. 'Han agredido a varios empleados', afirman desde UGT. Además, decenas de inmigrantes pernoctan en el parque. Una empresa privada se encarga cada noche de echar el cierre a las puertas. A todas, menos a una: la de la Reina Mercedes, que da acceso a la sala Florida Park, y que se queda abierta hasta que acaban los espectáculos.

El parque del Retiro se ha convertido en un lugar peligroso para pasear. Son las ocho de la tarde. Empieza a anochecer. En la zona trasera del lago, varios inmigrantes ofrecen droga a los transeúntes. '¡Chocolate, chocolate!', ofrecen los traficantes para llamar la atención de los que pasean. No muy lejos, una pareja busca entre los árboles un lugar íntimo. No saben que de cerca son vigilados por un carterista. Los camareros de las terrazas empiezan a recoger poco a poco y cerca de las 22.30 echan el cierre.

Media hora después, la Policía Municipal empieza a patrullar por el Retiro para avisar a los paseantes de que, a medianoche, 17 de las 18 puertas del parque histórico serán cerradas a cal y canto. La única que permanece abierta todas las noches es la de Reina Mercedes (calle de Menéndez Pelayo), que da acceso a la sala de fiestas Florida Park. Hasta que los espectáculos del local no terminan -como mínimo a las tres de la madrugada- la empresa privada que se encarga del cierre del Retiro no echa la llave en esta puerta.

Y así, todas las noches desde hace casi un año, cuando el pasado 1 de octubre el Ayuntamiento de Madrid decidió cerrar el Retiro por la noche para preservarlo de actos vandálicos y mejorar su seguridad.

Desde enero de este año, la Policía Municipal ha realizado 1.283 intervenciones en el parque. Aunque la mayoría de las denuncias tienen que ver con tirar basuras (1.069), también ha habido 11 detenidos por robos o atracos, 12 por tráfico de drogas, seis incautaciones de drogas y dos decomisos de armas blancas. La Policía Municipal ha detectado problemas en los últimos meses cerca de la entrada de Menéndez Pelayo, donde ha habido rotura de aspersores durante la noche.

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A pesar de las intenciones del Consistorio, ahora, casi un año después, decenas de indigentes siguen durmiendo dentro del parque y es bastante sencillo conseguir que alguien te venda droga cerca de la zona del lago. Los trabajadores, además, denuncian que los actos vandálicos son continuos.

Algunos de estos indigentes, que acuden a comer todos los días a un comedor social que hay en el distrito de Chamberí, aseguran que tienen dos métodos para quedarse a dormir en el parque: evitan los controles policiales escondiéndose en los rincones más oscuros y entran por la puerta de acceso al Florida Park, que está abierta hasta las tres de la madrugada, como mínimo. 'No tenemos demasiados problemas para quedarnos porque no somos muchos. Nos levantamos en cuanto empiezan a llegar los corredores, sobre las siete de la mañana. Cuando llegue el frío, tendremos que empezar a buscarnos otro lugar', explican estos hombres.

Desde los sindicatos, aseguran que los indigentes no son los que dan problemas en el parque. 'Ya les conocemos y no son los que hacen los actos vandálicos. Ellos no molestan y vienen aquí porque no tienen otro lugar', comenta Concha Hurtado, delegada de Parques y Jardines de UGT. Los indigentes no molestan, pero otros grupos, que en UGT califican como 'chavales', sí.

'Tenemos miedo de ir a trabajar. En los últimos meses varios trabajadores han sido agredidos', afirma Hurtado. Dos empleadas de la limpieza asienten. 'Hace tres semanas, un chavalillo le puso una navaja en el cuello a una compañera. Le decía: '¡Te la voy a clavar!, ¡Te la voy a clavar!'. Le robó todo y la mujer se llevó un sustazo, la pobre', explica Nieves, en un momento de descanso.

Siempre acompañadas

Estas mujeres, que entran a trabajar a las seis y media, nada más abrirse el parque, están tan asustadas que, o bien piden a sus maridos que las acompañen dentro del recinto o quedan con otros trabajadores en la estación de Atocha para ir a trabajar todos juntos. 'Como mínimo, entramos en el Retiro de dos en dos, porque cuando vas sola y oyes pisadas detrás de tí, se te ponen los pelos de punta', relatan.

El problema, es que los empleados no tienen permiso municipal para introducir el coche dentro del Retiro y evitar así ser víctimas de un atraco a primera hora de la mañana. 'A veces lo metemos, pero cuando no nos ve nadie. En cambio, en el parque puede meter vehículos todo el mundo, por ejemplo, los proveedores', denuncian fuentes de CC OO. Desde los sindicatos, exigen que aumente la vigilancia policial en el Retiro y que pongan más iluminación, sobre todo en las zonas cercanas a los vestuarios donde se cambian los trabajadores.

Los sindicatos de Policía Municipal afirman que la falta de plantilla en el turno de noche puede ser la causa de que el parque del Retiro no esté recibiendo la suficiente vigilancia. 'Hay problemas de organización de los recursos humanos y por la noche falta gente. Es normal que, entonces, no haya suficientes labores de prevención en el Retiro', dice Emiliano Herrero, de CC OO.

Coches contra las plantas del vivero

Uno de los lugares preferidos por los vándalos en el Retiro es el vivero, un recinto cerrado dentro del parque donde se cultivan durante todo el año plantas de temporada y, además, hay oficinas. Los sindicatos UGT y CC OO denuncian que los asaltos al vivero, son continuos. El último incidente ocurrió el pasado jueves por la noche. 'Un grupo de chavales se metió dentro del vivero, cogió los vehículos de trabajo y se dedicó a estrellarlos contra las plantas', denuncia Concha Hurtado, de UGT. El vivero está rodeado por un muro sin demasiada altura y que es fácil saltar. Ya dentro, los vándalos, además de estrellar los coches, se dedican a otras cosas. 'Una vez forzaron los cerrojos de las oficinas, se metieron dentro, sacaron bebidas de la nevera y se sentaron a tomarse algo', relata Hurtado. Los trabajadores del vivero no son los únicos que están asustados. Los bares que hay dentro del parque también han sufrido muchas veces el vandalismo. 'Cuando venimos por la mañana a abrir, las mesas y las sillas de las terrazas están tiradas, se mean alrededor del chiringuito, intentan forzar los cerrojos y dejan todo hecho un asco', denuncia el encargado de uno de los bares. 'Además, siempre estamos pendientes de que a la gente que pasea despistada por aquí no le pase nada. En cuanto cerramos, les decimos que lo mejor es que se vayan del parque y no se queden por aquí', añade. Desde CC OO, ratifican estas denuncias. 'El parque del Retiro siempre ha sido un lugar muy peligroso. Se supone que con el cierre las cosas iban a cambiar, pero no ha sido así', concluyen fuentes del sindicato.

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