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OPENING

Dos de las diez academias que Opening tiene en el País Vasco siguen con su actividad, al ser centros franquiciados

Tan sólo dos de los diez centros que la academia Opening English School tiene en el País Vasco continúan con su actividad normal, al tratarse de franquicias. Estos dos centros, uno en Vitoria y otro en Bilbao, funcionan como empresas independientes y sólo operan bajo la marca Opening. Su incertidumbre reside en que, si el grupo quiebra definitivamente, tendrán que cambiar de franquiciador. El resto de centros sí que dependen directamente de Opening y por eso no han podido abrir sus puertas y seguir ofreciendo sus servicios de enseñanza de inglés a los alumnos que habían contratado sus diferentes cursos.

Las dos academias que han abierto tienen matriculados a alrededor de 1.000 estudiantes de los 5.900 con que cuenta Opening en la comunidad autónoma.

De momento, el Gobierno está recabando información para abrir un expediente sancionador a Opening por no prestar los servicios contratados por los usuarios y por no informar adecuadamente sobre el sistema de pago. El director de Consumo del Gobierno vasco, Rodrigo García Azurmendi, indicó que ahora la principal preocupación radica en la obligación que tienen los alumnos de seguir pagando el crédito que pidieron para estudiar en Opening sin recibir nada a cambio. García reconoció que las sanciones que el Gobierno pueda imponer a la academia no van a resarcir a los consumidores. Por eso, adelantó que el Ejecutivo impulsará desde las asociaciones de consumidores una negociación a nivel global con las entidades financieras para que los alumnos no salgan perjudicados.

'La solución de este conflicto', vaticinó, 'será por la vía judicial, aunque no vamos a dejar de intentar la negociación'. El problema estriba, en muchos casos, en que cada estudiante presenta una situación diferente. Mientras unos firman un contrato único, lo que significa que la financiera que les da el préstamo está vinculada directamente con Opening, otros firman dos: uno con la academia y el segundo con con una caja o banco que no tiene ninguna relación con el centro de estudios. En el primer caso es más fácil romper el contrato, porque al decaer el suscrito con Opening el otro carece de valor. En el segundo supuesto no hay posibilidad de dejar de pagar.

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