IU se desmarca de la idea de Madrazo para recurrir la Ley de Partidos

La dirección de Izquierda Unida insistió ayer en enmendarle la plana a su máximo representante en el País Vasco, Javier Madrazo. Ya se está convirtiendo en una especie de tradición que, después de cada rueda de prensa del coordinador de Euskadi, aparezca una nota de la dirección que matiza y en algunos casos contradice completamente lo éste ha dicho. Ayer no fue una excepción.

Madrazo pidió en Bilbao a sus socios de Gobierno, los nacionalistas del PNV y EA, que interpongan un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Partidos ya que 'restringe el derecho a la libertad de expresión y ataca gravemente el derecho de asociación'. La nota de contestación de IU desde Madrid matizó que la coalición 'considera inapropiado que se someta a consideración del Parlamento vasco la posible inconstitucionalidad de la ilegalización de Batasuna'.

Ambas tesis no son abiertamente contradictorias. De hecho, visto el revuelo causado, la dirección sugirió a última hora que apoyaba a Madrazo. La diferencia está en el lugar donde se pone el acento. La federación vasca lo coloca en la necesidad de recurrir. La dirección que lidera Gaspar Llamazares destaca lo dañina que sería la imagen de una votación en el Parlamento en la que estarían juntos Batasuna, PNV, EA e IU. Y en la nota, la dirección de la coalición se muestra claramente en contra de votar junto a Batasuna.

Mientras, la federación vasca (Ezker Batua) no aclara este último punto. Madrazo pidió que sea el Gobierno quien recurra para evitar 'dar protagonismo a Batasuna'. Pero los nacionalistas ya han dejada clara su intención: recurrir a través del Parlamento. Tradicionalmente, el PNV ha renunciado a que el Ejecutivo recurra las leyes porque ha considerado siempre que el Constitucional no es un tribunal imparcial.

Voto indeciso

¿Qué pasará si al final se vota en el Parlamento vasco? Mientras desde Madrid se insiste en que hay un compromiso de la federación vasca para votar en contra o al menos abstenerse, rompiendo incluso la disciplina con sus socios de Gobierno, Ezker Batua insiste en que ese voto aún no se ha decidido. La respuesta final, en septiembre.

Lo cierto es que la queja más recurrente de IU respecto al líder de la federación vasca es su incapacidad para marcar un perfil propio que lo separe de los nacionalistas. La idea que defiende el equipo de Llamazares es que el papel que debería jugar IU es el de puente entre nacionalistas y no nacionalistas. La prueba más evidente de que Madrazo no tiene capacidad para soportar la presión del PNV fue, para la dirección, la última propuesta soberanista, con ultimátum al Ejecutivo central incluido, que Ezker Batua suscribió. En cualquier caso, según fuentes de la dirección, está descartado cualquier enfrentamiento abierto con Madrazo.