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GENTE

LA 'PUTINMANÍA' TRIUNFA EN LOS ESTRIBILLOS DE MOSCÚ

La putinmanía -como han calificado en Rusia a la moda de poner a productos y establecimientos diversos el apellido del presidente, además de convertir al jefe de Estado en héroe de novelas- se ha extendido ahora a la música.

'Si pudiera encontrar un hombre como Putin, uno lleno de fuerza, que no beba ni ofenda, ni tampoco huya', dice la letra de la nueva canción que estos días se puede escuchar en algunas radios moscovitas.La heroína del nuevo éxito está cansada de su novio, que se pasa la vida bebiendo y peleando, y por eso empieza a soñar en 'un hombre como Putin'.

Curiosamente, la canción está rodeada de misterio: no se vende en ninguna parte y las radios no saben de dónde vienen las copias que les hicieron llegar. El conjunto musical que la interpreta también es un grupo de jóvenes desconocidos que se hacen llamar Cantando Juntos, por analogía con Avanzando Juntos, agrupación política que se declara pro Putin, pero que con sus acciones -como la destrucción de los libros del famoso escritor ruso posmodernista Vladímir Sorokin- más que hacerle un favor al Kremlin le da dolores de cabeza.

Lo cierto es que el nombre del presidente se ha convertido en Rusia en un producto comercial, cosa que desagrada al mismo Putin. Después de una serie de críticas, las jóvenes dueñas del bar Putin, en Cheliábinsk, tuvieron que cambiarle el nombre a su establecimiento, un local en el que se servían pinchos Vertical del Poder acompañados de cócteles Kremlin, y en la provincia de Tiumén prohibieron el vodka Presidente. Por cierto, fue en Cheliábinsk donde nació la primera canción sobre el líder ruso, compuesta por Mijaíl Aníshchenko, un jurista local.

Pero quizá el summum de esta corriente de putinofilia lo constituye la novela del escritor Alexandr Ólbik, en la que describe a Putin como un auténtico Rambo: el presidente viaja a Chechenia para luchar personalmente, cuerpo a cuerpo, contra el líder guerrillero Shamil, al que termina matando al hincarle sus dientes en la garganta. Las editoriales rusas, por su parte, se negaron a publicar la novela, y su autor, Alexandr Ólbik, que reside en Letonia, ha tenido que buscarse editor en Ucrania.

Putin, tocado con un <i>tatar</i>, sombrero típico de la región rusa de Kazan
Putin, tocado con un tatar, sombrero típico de la región rusa de KazanASSOCIATED PRESS

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