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Detenidos los cuatro integrantes de una red de inmigración ilegal

La policía detuvo ayer en Madrid a una argentina y a tres hermanos bolivianos por ser los supuestos responsables de una red internacional de inmigración ilegal. Los agentes detuvieron a Gabriela M., de 33 años, y a los hermanos Roxana Isabel, Elmer Renan y José Luis O. O., de 28, 23 y 33 años, respectivamente, cuando intentaban introducir en España de forma ilegal a 25 personas de nacionalidad boliviana residentes en Argentina.

Según informó ayer la Jefatura Superior de Policía, se había detectado en las últimas semanas un aumento progresivo del flujo migratorio procedente de Suramérica, especialmente de Argentina. Pero lo que resultó más sospechoso a los agentes fue que las personas que llegaban al país no eran ciudadanos argentinos, sino bolivianos. Iniciadas las correspondientes investigaciones a primeros del pasado mes de julio, agentes del Grupo IV de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsificación de Madrid descubrieron que estas personas eran canalizadas hacia España a través de una agencia de viajes con varias filiales en Buenos Aires.

La demanda era captada, según la versión policial, mediante un programa de radio llamado El viajeringo, presentado por el propietario de la agencia, en el que se ofrecían viajes programados a España con el aliciente de poder encontrar fácilmente un buen trabajo. Las personas atraídas eran, generalmente, ciudadanos bolivianos residentes en Argentina. Los clientes eran informados del contenido de la oferta, se les ofrecía billete de avión de ida y vuelta, traslado del aeropuerto hasta el hotel, estancia de siete días en régimen de media pensión y rutas turísticas.

1.300 dólares

Para todo ello debían abonar 1.300 dólares (1.339 euros) y, si no disponían de ese dinero, la organización se lo prestaba con un interés del 10%. La segunda parte del programa escondía, según la Jefatura Superior de Policía, la 'cruda realidad': las personas que aceptaban las condiciones eran amenazadas con que se causaría algún daño a su familia o amigos si no pagaban su deuda con la agencia. Asimismo, los detenidos supuestamente instruían a los bolivianos que querían venir a España sobre las declaraciones que debían hacer en la frontera y ante la policía, con el fin de que no descubrieran la trama.

Una vez que llegaban a tierras españolas, los inmigrantes eran abandonados a su suerte. De esta forma, la farsa se completaba con el consecuente daño moral y económico para las víctimas, según afirmaron fuentes policiales.

Las funciones de los miembros de la red, ahora detenidos, estaban perfectamente repartidas. Así, Gabriela M. hacía de guía de viaje, José Luis y Roxana Isabel trasladaban a los pasajeros desde el aeropuerto hasta el hotel y Elmer Renan se encargaba de buscar, supuestamente, un trabajo para los recién llegados.

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