Kostunica intenta desbloquear la creación de un nuevo Estado con Serbia y Montenegro heredero de Yugoslavia
El presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, comenzó ayer una serie de maniobras políticas para desbloquear las discusiones en torno a la Constitución del nuevo Estado que reemplazará a la actual Yugoslavia, creada en 1992 por Serbia y Montenegro tras la secesión del resto de las repúblicas, en el momento de máximo poder de Slobodan Milosevic.
Kostunica había convocado a los líderes políticos para tratar de desbloquear la redacción de la Constitución del país que enterrará a Yugoslavia, que en 1992 pasó de tener seis repúblicas a dos (Serbia y Montenegro), aunque finalmente la reunión fue anulada, según informó la agencia Tanjug.
El acuerdo para crear el nuevo Estado, llamado de Serbia y Montenegro, fue firmado en marzo en Belgrado, bajo la presión de la UE. 'La reunión [de ayer] es necesaria para desbloquear la elaboración de una Constitución que algunos apoyan oficialmente aunque en realidad trabajan en contra', dijo Kostunica, quien ahora aspira a conversitirse en presidente de Serbia en las elecciones del 29 de septiembre. Prevista inicialmente para junio, la creación del nuevo Estado -que tendrá un único Parlamento, un presidente, un tribunal de Justicia y un Ejército- es una condición necesaria para que Yugoslavia pueda entrar en el Consejo de Europa en una votación convocada el 24 de septiembre.
Los líderes políticos serbios y montenegrinos no acaban de ponerse de acuerdo sobre la organización del nuevo Estado, que tendrá una duración inicial de tres años, al cabo de los cuáles podría disolverse o convertirse en definitivo.
Según informaba ayer la prensa serbia, los partidarios del presidente montenegrino, Milo Djukanovic, y del primer ministro serbio, Zoran Djindjic, han llegado a un acuerdo de Constitución. Pero el problema está en que otro partido montenegrino, la coalición opositora Para Yugoslavia, anunció el domingo haber adoptado su propio borrador de Carta Magna, que está más cercana a la que defiende Kostunica.
Además de divergencias sobre el modelo político, uno de los principales puntos de discusión es el estatuto que tendrá Kosovo, antigua provincia autónoma de Serbia administrada por la ONU.
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