"Debemos estar a la altura de los mejores"

La selección española ya se encuentra en Indianápolis, donde el jueves dará comienzo el Campeonato del Mundo. Su jugador insignia, Pau Gasol, aquejado de una lesión fibrilar, se ha pasado entre algodones la fase de preparación y no ha intervenido en ninguno de los partidos de Málaga, Estepona y Torrelavega. Del rendimiento del pívot de los Grizzlies de Memphis depende gran parte de nuestras posibilidades. Sus sensaciones son buenas.

Distendido, relajado, desgarbado como acostumbra, a Pau Gasol (Barcelona, 1980) no se le atisba ningún gesto de preocupación ante el inminente comienzo del Campeonato del Mundo de baloncesto, que se disputará desde el próximo jueves, día 29, hasta el 8 de septiembre en Indianápolis (Estados Unidos). En los últimos días, y sin que sirviera de precedente, ha actuado de comparsa de sus compañeros. Hace poco más de dos semanas conmocionó durante horas la concentración del grupo de Javier Imbroda debido a una lesión en su muslo izquierdo. Desde entonces, el médico, el preparador, el fisioterapeuta y los técnicos le han mantenido entre algodones. No ha disputado los encuentros, cinco, de preparación. Imbroda no ha querido forzarle. Tras haber perdido a Mumbrú y Raúl López, la presencia de Gasol, el novato del curso pasado en la Liga de la NBA, el jugador más determinante del cuadro, se antoja imprescindible. Desde fuera, pero con una perspectiva privilegiada, el pívot de los Grizzlies de Memphis analiza las posibilidades de España en este torneo y su primera temporada en Estados Unidos.

'Hay un grupo de gente muy buena, no sólo en la pista, sino también fuera'

'Si tenemos la ocasión de jugar contra Estados Unidos, será divertido e interesante'

'Todos los jugadores se deben sentir importantes, aunque el protagonismo se lo lleven uno, dos o tres'

Pregunta. ¿Qué tiene esta selección que no tuvieran las anteriores?

Respuesta. Hay un grupo de gente muy buena, no sólo en la pista, sino también fuera. Es muy importante que haya este ambiente en el bloque, que exista un buen feeling [sensaciones]. Salvando las lesiones, todo ha marchado bien.

P. Al margen del buen ambiente, ¿han trabajado el aspecto psicológico?

R. Es un factor que siempre se tiene en cuenta, pero, ya de entrada, nosotros sabemos que tenemos que mentalizarnos bien con vistas al campeonato; que tenemos que ir con mucha ambición porque podemos y debemos estar a la altura de los mejores.

P. ¿Han tenido tiempo suficiente para preparar bien el Mundial?

R. Es cierto que no ha sido una concentración demasiado larga y que no hemos tenido demasiados días para trabajar y conjuntar al equipo en las cuestiones de pista. Pero los entrenamientos han sido intensos y todos nos conocemos bien. Estamos muy a gusto. Se ha seguido la línea del año pasado y esperamos que este buen rollo se refleje a la hora de la verdad, en la cancha, y nos podamos beneficiar de él. Es muy importante a la hora de coger confianza entre los compañeros.

P. ¿Le costó incorporarse a la disciplina tras varios meses de inactividad?

R. El hecho de que la concentración haya ido bien, de que haya habido un buen ritmo de entrenamientos y un ambiente familiar, facilitó la vuelta al trabajo, pese a que yo haya pasado estas semanas un poco apartado del grupo.

P. ¿Será un Mundial especial para usted por el hecho de jugarse en Estados Unidos, donde ya le conocen bien?

R. Supongo que habrá un poquito más de atención hacia mí, como la habría habido hacia Raúl López, porque , espero, jugaremos allí en la Liga [dice en alusión al base] . A mí me conocen un poquito más y estoy seguro de que a Raúl le acabarán conociendo en un futuro. Al margen de eso, siempre es motivante jugar en Estados Unidos y en el Conseco [la cancha de los Pacers de Indiana], un pabellón que está muy bien.

P. ¿Su año en Estados Unidos le servirá para afrontar la competición con una mentalidad diferente?

R. Son experiencias distintas. Pero es evidente que en Memphis he adquirido madurez e inteligencia y todo ello me servirá para el Mundial.

P. ¿A qué selección le hace más gracia enfrentarse?

R. Si tenemos la oportunidad de jugar de nuevo contra Estados Unidos, será divertido e interesante. Para mí será especial jugar allí porque durante muchas temporadas voy a seguir disputando esa Liga, a pisar ese mismo escenario. Espero que le suceda a Raúl.

P. Tras el bronce de Turquía, ¿no subir al podio en Indianápolis sería un fracaso para usted?

R. No creo que haya que considerar un fracaso no subir al podio. Si nosotros lo damos todo, pero, por circunstancias, tenemos un poco de mala suerte o un mal partido, tampoco vamos a valorar el campeonato por un mal resultado puntual. Quedaré satisfecho, a nivel personal y de equipo, si todo el mundo da el ciento por ciento y, en conjunto, damos el máximo de nuestras posibilidades. A partir de ahí, el resultado..., que sea el que sea, porque tampoco depende mucho del rendimiento.

P. Tras la lesión de Raúl López, ¿la España que se verá en Indianápolis se parecerá a la Alemania de Nowitzki?

R. Un equipo no puede depender nunca de uno o dos jugadores. En la pista juegan cinco contra cinco, más los que están en el banquillo. Los que están en la cancha en cada momento van a tener parte de responsabilidad respecto al partido y a su resultado. En un final igualado, si la defensa rival se centra en que tal jugador no anote, ese jugador tiene que ser capaz de dar la pelota para que llegue a las manos de otro compañero y pueda meter ese tiro. Todos los jugadores se tienen que sentir importantes, aunque es inevitable que el protagonismo se lo lleven uno, dos o tres por determinadas circunstancias.

P. Allá donde vaya , firma autógrafos, se saca fotos y concede infinidad de entrevistas. ¿Se siente agobiado por el entorno?

R. No hay que mezclar nunca lo que pasa fuera de la pista con lo que sucede dentro. En la cancha eres un jugador más del equipo, con tu papel más o menos importante. Lo que pase fuera son cosas que tienes que ir aceptando. Si un día haces muchas entrevistas o están muy encima de ti, lo intentas llevar lo mejor posible, ser lo más amable que puedas en ese momento. Es una de las cosas que lleva consigo el deporte. Somos jugadores de élite y hay que aceptarlo. Y por muchos años que sea así, porque significará que estamos a un muy buen nivel. Tenemos que estar orgullosos y sentirnos unos privilegiados.

P. En este sentido, recibió cursillos en Memphis para aprender a tratar con la prensa?

R. No hice ningún cursillo, pero sí nos dieron un folleto en el que se explicaba cómo tienes que tratarla, el tipo de preguntas que hay o no que responder, cómo zafarte..., consejos para que no te pillen.

P. Antes de que Raúl López sufriera la lesión, ¿tuvo tiempo de aconsejarle y contarle lo que le espera en Utah?

R. Estuvimos hablando bastante. Raúl estaba con muchas ganas y yo también tengo muchas ganas de verle, de que esté allí, de jugar contra él... Le vi con muchísimas ganas, preparado para dar ese paso y aguantar la primera temporada, que ya es bastante difícil. Él ya sabe lo que tiene que hacer. Cuando vaya, estaremos en contacto, si él lo quiere y no me deja tirado [bromea], por cualquier cosa que pueda haber.

P. Según usted, ¿qué es lo que más le podría costar asimilar?

R. Quizá, cuando estás allí se hace un poquito largo. Las primeras semanas, no, porque estás con la novedad, todavía no estás muy bien ubicado y te entrenas con mucha ilusión. Pero, cuando pasa el primer mes y empiezan los viajes, se te hace un poco largo, no pasan los días, empiezas a echar de menos a algún amigo, tu casa, tu familia, los hábitos que tenías antes..., y te sientes un poco tiradillo. Aun así, eso también se pasa con el tiempo. Vas conociendo más la ciudad, el equipo, introduciéndote más en el ambiente... Todo ayuda a olvidar esas pequeñas cosas.