Más carretas que carreteras
Como cada verano, los desplazamientos vacacionales de los españoles, unidos a la incidencia del turismo exterior, están poniendo de relieve que el esfuerzo realizado en la modernización de la red viaria no evita que se mantenga la peste de los atascos. El tráfico crece más rápidamente que la red que lo soporta.
El esfuerzo, según el ambicioso plan 2000-2007, prevé pasar de los actuales 8.000 kilómetros de autovías y autopistas a 13.000. Su coste previsto es de casi 40.000 millones de euros. Hay prisa porque gran parte de la financiación -el 30%- proviene de fondos comunitarios, y desde Bruselas ya se ha advertido que España se verá muy afectada por los recortes de esa fuente que seguirán a la ampliación de la UE. Pero esa prisa se ve condicionada por dificultades de tipo administrativo como la tramitación de los expedientes de impacto ambiental. También por algunas incertidumbres respecto a la financiación privada -a la que se asigna el 21% del coste previsto- e incluso respecto a la pública, de las diferentes administraciones, por la vacilante evolución del crecimiento económico.
En el reciente puente de la Virgen de agosto se ha registrado una disminución del número de accidentes y de víctimas del 40% respecto al año anterior, en parte porque el de 2001 comprendía un día más. Pero España sigue siendo uno de los países con mayor tasa de accidentes de carretera. El esfuerzo de concienciación de los conductores es imprescindible, pero no lo es menos la modernización de la red viaria. Diversos estudios han demostrado que existe una relación estrecha entre esa modernización y la reducción de la siniestralidad. Es necesario superar el desfase entre el número de carretas y el de carreteras en condiciones.
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