_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Nuevo maltusianismo

La idea de talar los árboles para que no haya incendios forestales es de Bush. Parte de su doctrina: arrasar Afganistán para que no haya terroristas islámicos; puede haberla aprendido de Sharon, que matando palestinos no tendrá que inquietarse por Palestina. Éste la tomó de su enemigo mortal Hitler, que buscaba la 'solución final' del 'problema judío' mediante el exterminio. Tomada de Herodes, que mataba a los niños para que no saliera Jesús. Todos van fracasando: el más próximo al éxito fue Franco, al exterminar a los rojos: aun así, ahora van saliendo de las fosas comunes. Vivos no quedan muchos, y están malitos. La organización de la idea es de Malthus: creyó que la multiplicación humana es geométrica y la de alimentos matemática, y que un día no habría para todos. Se equivocó en la base: se puede producir alimentos y bienes para todos, pero siempre habrá un grupo mínimo que se apodere de ellos. Así apareció el maltusianismo (en español, sin la hache del apellido del fundador) y se resume en reducir el número de los que comen, en donde enlazamos otra vez en la nueva Guerra contra el Eje del Mal: matar a los pobres. Ya en aquellos tiempos lo advirtió Jonathan Swift (sí, el de Gulliver), uno de los grandes filósofos sarcásticos. Escribió su 'modesta proposición' (A modest proposal), que consistía en comerse a los niños pobres: como los pobres que veía eran irlandeses (él mismo), consistía en que los irlandeses adultos se comieran a sus hijos. Desgraciadamente no se tuvo en cuenta: pensemos lo que sería hoy para el mundo occidental comerse a los niños islámicos.

Claro que el maltusianismo fue ferozmente atacado. Por la Iglesia (pese a que Malthus era abate), hasta los marxistas. Marx denunció como delincuente a Malthus por doctrina política: el aumento creciente de la población de pobres llegaría a hacer que derrotaran a las clases comilonas. Un error más, en el que cayó Mao cuando dijo que la bomba atómica era un tigre de papel. Las nuevas armas los exterminan, los afganizan, los palestinan, los iraquizan. Como se me acaban las líneas y aquí no me dan ni una coma más, recuerdo: la tala de árboles es fruto del maltusianismo de Bush. Una doctrina.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_