Éxito de 'Lulú' en el Palacio de Festivales

Después del triunfo obtenido el lunes por el Teatro Helikon, de Moscú, con Los cuentos de Hoffmann, que esta noche se presenta en el Festival de Peralada (Girona), se esperaba con interés una propuesta tan diferente como es Lulú, drama musical de Alban Berg que en Peralada se verá el sábado. Lulú se ha presentado de manos de Dimitri Bertman y la Ópera Helikon, lo que, en principio, supone mucho para el plural festival cántabro. Y es significativo que el público, además de llenar la sala Argenta, haya acogido con largos aplausos la visión del director de escena moscovita, tan inteligente como eficaz en su combinación de inevitable realismo y su carga de poesía desgarrada, que acaba por explicar la obra en su compleja herencia del romanticismo naturalista.

Todo funcionó a la perfección, tanto en la palpitación dramática como en una organización escénica plena de invención. No menores fueron los méritos de la joven formación en el puro aspecto musical, si es que en piezas como Lulú cabe la diferenciación entre sus componentes dramatúrgicos y su esencialidad lírica. Tatiana Kouindji encarnó una protagonista tan comprometida en lo vocal como en los otros valores, y el largo reparto se comportó a niveles de excelencia, a lo que contribuyó la estrecha alianza de Bertman con la batuta de Vladímir Ponkin y que la orquesta sonó transparente, intensa y con tanto poderío teatral como de acción. Una noche más que brillante.