Las listas cremallera
A Gaby
En esto de la igualdad entre hombres y mujeres la derecha no se entera de la Misa la media... y siempre se equivoca o reacciona tarde y mal ante las propuestas más progresistas que en España, como en Andalucía y en el resto del mundo desarrollado, se presentan para tratar de evitar las desigualdades que todavía se producen entre los sexos. Una de las carencias que aún subsisten es la no representación paritaria en política que nos lleva a creer que la democracia está incompleta, pese a lo mucho que en este terreno hemos avanzado.
Viene esto a cuento de una iniciativa formulada por el Consejero de Gobernación de la Junta de Andalucía para modificar la ley electoral andaluza e introducir en la misma las denominadas 'listas cremallera' que suponen, como es sabido, que estas se ordenen con un hombre, una mujer, un hombre, una mujer o viceversa y así sucesivamente, idea que no es ni una ocurrencia del Consejero ni una novedad en la vida de los países desarrollados, aunque, como tantas otras cosas, cuesta mucho trabajo que se abra paso en la realidad. Nos costó sangre, sudor y lagrimas que hace 71 años en España, y durante la Segunda República, se reconociera a las mujeres el derecho al voto y aún hoy cuesta un enorme trabajo esa igualdad real que, afortunadamente, las mujeres vamos consiguiendo.
Ante la propuesta del Consejero de Gobernación la señora Martínez, 'lider' del PP en Andalucía, se ha manifestado en contra de la misma, porque afirma que a las mujeres de su partido, y supongo que pensará en el resto de las mujeres andaluzas, no les hace falta, que para la defensa de las mujeres ahí esta José María Aznar y su enviado en Andalucía Javier Arenas para hacer que florezcan las mujeres en las listas electorales y en donde sea y que en el PSOE no tenemos ningún 'padre salvador' que venga a redimirnos de nuestras carencias...poco más o menos eso ha querido decir esta lider inefable. Y añade más: argumenta que en el PSOE hemos perdido la oportunidad de poner a una mujer al frente de la Diputación de Córdoba y, las cosas como son, hemos perdido esa oportunidad, pero al día siguiente de hacer esas declaraciones aparece en un una foto con todos los candidatos a las Alcaldías de capitales de provincia de Andalucía y todos son hombre menos ella. ¡Que oportunidad perdida de callarse, señora Martínez! ¿ No hay más mujeres en Andalucía que 'valgan' para ser candidatas?
Se trata de entender o no entender las cosas y ni usted ni su partido lo han entendido por más gestos importantes que hagan. Verá: las feministas en España y en el mundo encontramos, primero, en el sistema de cuotas el instrumento que permitió a las mujeres adquirir poder y hacernos visibles en el espacio público, pues se había constatado previamente que la visibilidad social estaba interrumpida precisamente porque sus nuevas habilidades y posiciones no tenían reflejo en los poderes explícitos y legítimos. Comienza así todo un proceso de repaso cuantitativo, de contar cuantas mujeres había en todos y cada uno de los espacios públicos y de explicarse el porqué de su escaso número; se constata que existía lo que ha venido en denominarse 'techo de cristal' en todas las escalas jerárquicas y en todas las organizaciones; un techo que al ser, precisamente, de cristal es invisible, pero está ahí y con él se chocan, una y otra vez, las mujeres, puesto que, a medida que se sube de nivel estas, con formación equivalente a la de los hombres, disminuyen en presencia.
La democracia paritaria, formulación que se hace más tarde, constituye una evolución lógica de la democracia representativa, es indisociable de esta y un imperativo de justicia, puesto que un poco más de la mitad de la población somos mujeres. En este contexto hay que entender lo de las 'listas cremallera'. Se trata de corregir el déficit de presencia de mujeres en el nivel de representatividad parlamentaria, en el lugar en el que se adoptan las más importantes decisiones políticas.
Las medidas de acción positiva han sido objeto de toda clase de críticas por muy diversos sectores sociales; la mayoría de ellas producto de intereses ideológicos o de poder evidentes; sin embargo, es bastante indiscutible, al día de hoy, que, por ejemplo, fue el establecimiento de la cuota por parte del PSOE en 1988 lo que permitió el salto en la representación de las mujeres en la vida política, porque incluso los partidos que estaban y están en contra, con el PP a la cabeza, se ven obligados a incrementar la presencia de mujeres en la vida pública, para no quedarse atrás y a hacer gestos importantes, algunos con cierto carácter de 'marketing' electoral, pero que han sido beneficiosos para la causa de las mujeres.
Abogar por la paridad y por los instrumentos que la hagan posible no es defender los derechos de ninguna minoría, sino los de la otra mayoría, es decir, de toda la humanidad; las mujeres no constituyen un grupo, una comunidad, una categoría ni una minoría; hay mujeres en todos y cada uno de los grupos o minorías que consideremos y este carácter mixto es una dimensión universal de la condición humana. Se trata de poner fin a una exclusión real y cierta que las mujeres han tenido en la representación política y en la vida. Como ha escrito Victoria Camps 'diferencia no es igual a discriminación, es la subordinación la que da paso a una diferencia discriminatoria', pero yo comprendo que esto sea difícil de entender por Teófila Martínez, de ahí que tampoco su condición de mujer nos sirva a la causa de las mujeres en Andalucía y lo acaba de demostrar con esa foto, rodeada de hombres, todos ellos candidatos a alcaldes de las capitales de provincia, hecha poco después de declararse contraria a las listas cremallera. Menos mal que la izquierda gobierna en Andalucía y que desde ella, con grandes esfuerzos, sin duda, haremos también posible la igualdad entre los sexos.
Ahí tiene, como botón de muestra, a seis mujeres Consejeras en el Gobierno de Andalucía.
Amparo Rubiales es vicepresidenta del Congreso de los Diputados y diputada socialista por Sevilla.
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