Un veterano con pocos achaques

Más potente y versátil, aunque con bastantes años a cuestas. El Terrano, que salió en 1993 y desde entonces ha sido casi siempre el 4×4 más vendido del mercado español, acaba de recibir su cuarta puesta al día. Y aunque el todoterreno medio de Nissan acusa el paso del tiempo, la incorporación de un turbodiésel más potente le mantiene en una forma aceptable para seguir compitiendo mientras se prepara su sustituto.

Maquillaje ligero

El nuevo Terrano mantiene su concepción de todoterreno clásico, con chasis de vigas de acero y reductora. Conserva la línea de la primera generación, aunque incorpora retoques estéticos que afectan al frontal y en especial al capó delantero, más abultado para que quepa el nuevo motor. Estos detalles le dan un aire más moderno, pero el vanguardismo de la versión original, con la línea ascendente de las ventanillas traseras como seña de identidad, se ha convertido ahora en un diseño clásico muy visto. Y tanto la aerodinámica como los ajustes de las puertas delatan el paso del tiempo y aumentan la sonoridad a pesar del tacto silencioso del nuevo turbodiésel.

El interior también presenta cambios. Tiene unos asientos más confortables y un acceso fácil a las plazas traseras: las banquetas se desplazan hacia delante y mantienen la memoria. Además es amplio y permite alojar con comodidad a los pasajeros de atrás porque hay mucho espacio para las piernas. Pero el maletero de la versión tres puertas se queda justo, aunque lleva una bandeja que resiste cinco kilos de peso encima.

Los acabados son más vistosos, con plásticos y tapicerías alegres, y una consola central moderna. Pero hay detalles pobres, como los pomos de las palancas de cambio o los posavasos, que desentonan.

Pocos accesorios funcionales

Sin embargo, donde más se aprecia el paso del tiempo es en la funcionalidad interior: hay pocos espacios para objetos y no incluye los accesorios de los 4×4 más modernos. La zona del freno de mano está desaprovechada y apenas cuenta con una guantera, bolsas pequeñas en las puertas, dos huecos laterales en las plazas traseras, redes detrás de los respaldos y dos posavasos retráctiles de diseño frágil y pobre en la consola. Y estas carencias son incómodas para un todoterreno en el campo, donde se llevan más cosas de las habituales.

Por lo demás, conserva su fiabilidad mecánica, con unas suspensiones robustas fuera del asfalto y un poco secas en carretera. Ofrece un equilibrio aceptable para viajar sin grandes incomodidades y además, ahora cuenta con un nuevo motor 3.0 Di turbodiésel que mejora mucho las prestaciones y reduce el mantenimiento (cada 15.000 kilómetros).

Dos carrocerías y dos turbodiésel

El Terrano se vende con carrocerías de tres y cinco puertas y dos motores turbodiésel. La versión básica mantiene el anterior 2.7 DTi de 125 CV (23.096 euros), pero no incluye aire acondicionado. El 3.0 Di Turbo de 154 CV sube a 28.600 euros y se comercializa en tres acabados, Sport, Luxury y Elegance. El primero incluye ya un equipo de serie superior al de otros 4×4 similares: cuatro airbags, ABS, reposacabezas activos, aire y todo lo habitual. El Luxury añade adornos como la parrilla cromada, parachoques del color de la carrocería, detalles de madera... Y el Elegance tiene tapicería de piel. Los dos últimos pueden montar un cambio automático opcional (1.170 euros) y toda la gama cuenta con una de las mejores garantías del mercado: cinco años sin límite de kilómetros.

Conclusión

El Terrano es un todoterreno veterano que destaca por su versatilidad. La línea está muy vista, pero es amplio por dentro, viene bien equipado y cuenta con un potente turbodiésel que circula con agilidad en ciudad y viaja a ritmos rápidos con consumos moderados. Además, el sistema de tracción 4×4 aporta recursos suficientes para disfrutar en el campo y tiene unos precios competitivos.