Los amigos del ladrón muerto causan graves altercados en Sevilla
Una mujer resulta herida al lanzar botellas varios motoristas contra una comisaría
El cuerpo de Marcos R. C., el atracador de 18 años muerto el pasado martes en Sevilla, fue escoltado ayer por los acelerones de cerca de cincuenta ciclomotores hasta el cementerio de Sevilla. Un grupo de estos motoristas se dirigió tras el sepelio hacia la comisaría del barrio de Nervión, contra la que arrojaron botellas. Una de ellas hirió a una transeúnte en la rodilla. Los incidentes en el barrio de Los Pajaritos continúan, y la pasada madrugada la policía usó pelotas de goma contra un grupo de jóvenes que quemó una moto.
La muerte del joven de 18 años Marcos C. R., que recibió un balazo en la frente mientras le perseguía la Guardia Civil tras un atraco a un estanco el pasado jueves, ha desatado una espiral de violencia en los barrios del Parque Amate y de Los Pajaritos. El entierro del joven fue un claro exponente del papel de víctima que se atribuye al atracador muerto entre los más jóvenes de sus vecinos.
La comitiva funeraria llegó al cementerio de San Fernando cuando ya había pasado media hora del mediodía de ayer. El coche que transportaba el féretro del joven venía escoltado por media centenar de ciclomotores, con dos ocupantes cada uno y en su mayoría varones, que acompañaban con estruendosos acelerones su gesto desafiante. Cerca de dos centenares de personas acompañaron a la familia del fallecido hasta el nicho en el que fue depositado el féretro. Los gestos duros, las miradas agresivas e incluso algunos incidentes con la prensa -un automóvil se subió a la acera de una de las calles que rodean el cementerio para perseguir a un grupo de fotógrafos y reporteros de televisión-, sorprendieron a los asistentes de los varios entierros que coincidieron con el del atracador.
Alrededor de una hora después, las decenas de motocicletas abandonaron el cementerio y se dirigieron hacia la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en el barrio de Nervión y un grupo de ellos lanzó varias botellas contra la fachada. Según confirmaron ayer fuentes de la citada comisaría, uno de estos proyectiles improvisados impactó en la rodilla de una señora que se dirigía al edificio policial para presentar una denuncia. La mujer fue trasladada hasta un centro sanitario cercano para atenderla de la contusión y, posteriormente, presentó una denuncia por los hechos.
Tensión y pelotas de goma
La tensión en el barrio de Los Pajaritos ha ido en aumento desde el día del suceso. La mayor parte de los participantes en los incidentes y enfrentamientos con la policía son jóvenes y en su mayoría menores. Éstos utilizan la muerte de su vecino como excusa para realizar actos de violencia indiscriminada. Así es fácil que cualquier automóvil que les parezca sospechoso de pertenecer a la policía o transportar a periodistas sea atacado por decenas de estos chicos que los persiguen por las calles a bordo de sus motos y bicicletas para después arrojarles piedras o botellas de cerveza vacías.
A primeras horas de la madrugada del jueves, varios de estos jóvenes quemaron un motor y una motocicleta. La policía trasladó hasta el lugar de los sucesos a dos subgrupos de la Unidad de Intervención que se enfrentaron a varios de estos chavales en los aledaños de la plaza de las Galaxias. La policía llegó a disparar pelotas de goma contra los jóvenes que protagonizaban los altercados, que sólo se retiraron alrededor de las tres y cuarto de la madrugada.
En el plano judicial, el caso ha avanzado poco. Por medio de parientes, la familia ha mostrado su intención de denunciar el caso, aunque, al haber ya una causa abierta, lo más probable es que se inclinen por presentarse como acusación particular.
El informe forense aún no ha llegado a manos de la Fiscalía de Sevilla, debido en parte al largo análisis al que se sometió el cuerpo del ladrón. Por otra parte, está previsto que hoy tome el caso el juez encargado, ya que las diligencias realizadas hasta ahora han estado a cargo de un sustituto debido a las vacaciones.
Descenso de la delincuencia
El barrio sevillano de Los Pajaritos se ha convertido en un territorio de adolescentes que utilizan la muerte a manos de la Guardia Civil de un atracador habitual y vecino suyo para desatar su violencia contra forasteros y policías. La endeblez de la excusa se suple con arrojo juvenil e inconsciente y la policía ya ha detenido a tres de estos jóvenes por disturbios. Sin embargo, la muerte del atracador y la huida de las tres personas que supuestamente le acompañaban en el asalto al estanco el pasado martes, también ha provocado un notable descenso en las cifras de delincuencia diaria en Sevilla. Desde la Jefatura Superior de Policía se aseguraba ayer, tras un somero análisis, que los atracos han descendido alrededor de un 80% en los datos que se toman día a día. No es que la responsabilidad de la mayoría de los atracos fuera de esta banda -aunque uno de los sospechosos fue detenido más de 40 veces el pasado año-, sino que la presencia policial y el ruido de los disturbios han desanimado a los habituales de este tipo de delito. También han descendido a la mitad los robos en el interior de vehículos. De nuevo, muchos prefieren esperar a que desaparezca la presencia policial.
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