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Placeres | GENTE
Columna
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La cocina china de Australia

Después de nuestro viaje en avioneta por Riverland, llegamos al hotel dispuestos a cambiarnos para bajar a cenar al restaurante de cocina china del hotel Hilton. La gente de Tasting Australia nos había comentado que era uno de los mejores restaurantes de Australia, y no sólo en su especialidad, sino en un sentido amplio. Nuestra experiencia anterior en lo referente a la cocina china había tenido por escenarios los barrios chinos de ciudades como Nueva York, París y Londres, y como referentes la lectura de muchos libros sobre este tipo de cocina. La primera sorpresa cuando llegamos al restaurante de Cheong Liew, que así se llamaba el cocinero, fue ver que estaba decorado en plan moderno, sin falsos adornos orientales. El servicio era muy profesional y la comida nos abrió una nueva visión de la cocina china.

Por primera vez estábamos en un restaurante de lujo de cocina china y la experiencia valió la pena. Empezaron a servirnos platos como pichón con aleta de tiburón, cangrejo y melón blanco, pequeños abalones con nabo daikon y salteado de pato a la guindilla, almejas con castañas de agua y ostras con sitake, cacahuete y hierbas aromáticas. Estos y otros platos fueron desfilando ante nosotros hasta convertir la cena en un auténtico festín.

Al final de la comida estábamos un poco desconcertados. Habíamos comido cocina china, ya que los productos, las técnicas y los conceptos eran característicos de este tipo de cocina, pero había una filosofía y una visión de la cocina diferente a la que habíamos probado antes. Era, en resumen, una cocina china moderna. Esto nos llevó a reflexionar que el día que en China, aparte de la extraordinaria cocina tradicional china, exista una tendencia de cocina moderna será un momento crucial para la gastronomía mundial, ya que el abanico y posibilidades que tiene esta cocina son increíbles.

Durante la sobremesa, Cheong Liew se sentó con nosotros para tomar el café o el te y se ofreció para acompañarnos al mercado al día siguiente. Nos dijo que allí comeríamos la mejor cocina tradicional cantonesa. A las diez de la mañana empezó nuestra visita al mercado de Adelaida, que es una interesante mezcla de mercado occidental y oriental. Después de la visita, fuimos a uno de los restaurantes chinos que están casi adosados al mercado. Allí hicimos una comida increíble, a base de pato a la cantonesa, berenjena al sésamo, diferentes tipos de fritura, un pescado asado entero al horno al jengibre, ajo y cebolla tierna, ensalada de medusa y alga y otros platos típicos cantoneses. Salimos de allí muy satisfechos. En dos días habíamos tenido una buena lección sobre cocina china.

Con Juan Mari Arzak, gran amante de la gastronomía china, hablamos todo el tiempo de la similitud de las cocinas de Asia, tanto la de China, como la de Tailandia, Vietnam, Birmania, Malasia y Japón. Todas tienen muchos puntos en común, aunque él me comentó que había leído que todas las demás son una derivación de la cocina china.

La verdad es que China es nuestra gran asignatura pendiente en cuanto a viaje gastronómico. La diversidad de cocinas que hay en el país, así como las distintas técnicas y conceptos, hacen que ésta sea una de las cocinas más importantes del mundo. También comentamos que yendo a restaurantes chinos en Occidente, por muy buenos que sean, resulta difícil hacerse una idea de lo que es la verdadera cocina china. Una vez más quedaba demostrado que los viajes pueden proporcionar experiencias gastronómicas insustituibles. (Con la colaboración de Xavier Moret).

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