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Una denuncia sindical revela la falta de seguridad en la cárcel de Picassent

Un 30% de los presos de la Comunidad Valenciana sufre una situación de 'explotación laboral' agravada, por otros motivos, en puntos como la cocina de la cárcel de Picassent, donde, al escaso personal de vigilancia y cocineros, se une el uso de objetos punzantes, que eleva la inseguridad, según fuentes sindicales sin identificar citadas por la agencia Efe. Este periódico intentó sin éxito confirmar la información en fuentes oficiales del centro penitenciario.

Una buena parte de los internos de las cárceles de la Comunidad Valenciana, cuya población penitenciaria ronda los 5.100 reclusos, trabaja en talleres productivos u ocupacionales o lleva a cabo labores de mantenimiento a las que dedica 'muchas más horas' de las que fijan los contratos y por las que los presos 'cobran bastante menos de lo que deberían', añadieron estas fuentes sindicales.

Estas tareas no cumplen la misión de preparación para una futura reinserción social a la que teóricamente están orientadas y además, en ellas los internos deben asumir responsabilidades mayores de las que les corresponden, ya que no se respeta su condición de aprendices y, en muchas ocasiones, se les encargan tareas que contravienen las más mínimas normas de seguridad en el interior.

Reducción de contratos

Las cocinas de la cárcel de Picassent, en Valencia, son un ejemplo de esta situación, según las citadas fuentes, ya que en ellas el número de contratos se ha reducido casi a la mitad en poco más de un año -han pasado de 47 a 25-, por lo que los presos deben cumplir horarios que van en ocasiones de las 5.00 a las 22.00 horas, lo que revela una evidente falta de personal. Estas circunstancias, unidas a la utilización de cuchillos y otros objetos punzantes necesarios para la elaboración de las comidas, generan una situación de riesgo de incidentes, dada la escasa vigilancia a la que están sometidos los presos que llevan a cabo estas labores.

Además, la falta de personal laboral del centro y la escasa cualificación de los internos genera a veces tensión en los módulos, en los patios o en las celdas, derivada del retraso en la preparación de las comidas o de la deficiente elaboración, lo que en ocasiones ha obligado a 'tirar todo un primer plato y preparar a toda prisa cualquier cosa' para evitar mayores problemas, relataron las fuentes.

Las labores de mantenimiento también presentan problemas similares, ya que, en algunos centros apenas se dispone de personal suficiente para cometidos de fontanería, carpintería, albañilería o electricidad, entre otros.

También en estas labores, según las fuentes, la cárcel de Picassent sufre problemas por la escasez de personal, pues sólo dispone de dos electricistas y dos fontaneros para cubrir las necesidades de toda la prisión. El personal laboral debe llevar a cabo tareas para las que no se le ha contratado ni se le paga, como supervisar y ejercer de maestros de taller, además de vigilar a los internos auxiliares.

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