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Entrevista:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Peter Ruzicka: 'Mortier lo tuvo mucho mas fácil que yo'

El sucesor del innovador Gérard Mortier anuncia una 'segunda' era 'moderna' para el Festival de Salzburgo. Desajustes téncnicos en las funciones y el nerviosismo del personal revelan las dificultades de la nueva dirección del compositor, jurista y empresario de 56 años. Peter Ruzicka admite que le cuesta un 'esfuerzo inmenso' ocuparse de tantas funciones paralelas y que le resulta 'muy difícil satisfacer las expectativas de cada artista'.

Pregunta. ¿Cuál es el nuevo rumbo del festival?

Respuesta. La historia se vive hacia adelante y se comprende mirando atrás, por eso es difícil hacer un pronóstico. Nos encontramos en el umbral de algo nuevo sin que se pueda definir adónde va el viaje. Tenemos que dejar atrás el posmodernismo, hacer visible el progreso y aprovechar las oportunidades técnicas de los nuevos medios. Es lo que llamo la 'segunda' época 'moderna', que describo como un movimiento en espiral, en el que parece que uno gira sobre lo mismo pero en realidad va ascendiendo.

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P. ¿Continuará la corriente vanguardista iniciada por su antecesor?

R. Gérard Mortier lo tuvo mucho más fácil que yo. Porque la era de Karajan había alcanzado su plenitud hasta su agotamiento y se requerían nuevas imágenes y parámetros. Él podía fácilmente satisfacer esas necesidades con artistas como Robert Wilson o Christoph Marthaler, que fueron los directores determinantes de los últimos diez años. Yo no me encuentro ante tal déficit de reformas, así que el cambio de paradigmas no es ahora tan nítido. Además Mortier disponía de un sobrante de 10 millones de euros y podía permitirse todo lo que quería. Yo empiezo con casi un 5% menos de presupuesto.

P. ¿Contribuye a mejorar las finanzas el uso de publicidad indirecta, como la muy discutida aparición, en la primera escena de Don Giovanni, del cartel de una famosa marca de lencería?

R. Es un malentedido. Se puede decir que fue publicidad encubierta, pero apenas le sacamos provecho porque el fabricante aportó sólo el vestuario. No fue una decisión económica sino artística. El director de escena, Martin Kusej, quiso así mostrar la imagen de la mujer objeto, una visión machista, que es el tema de Don Giovanni. Esta puesta en escena es la primera de una serie de Mozart proyectada hasta el año 2006. Queremos representar sus 22 obras escénicas. Nikolaus Harnoncourt y Kusej van a elaborar otras dos óperas juntos: La clemencia de Tito y Las bodas de Fígaro.

P. Además del ciclo de Mozart, anuncia que quiere mostrar a Richard Strauss 'bajo otra luz'.

R. Hay que rescatar los momentos progresistas de Strauss, que hasta ahora han pasado inadvertidos. Su potencial se encuentra sobre todo en obras poco conocidas, por eso iniciamos el ciclo con el Amor de Danae. Es posible conferir a Strauss un significado nuevo, como ocurrió en los años sesenta y setenta con compositores como Mahler, y sería bueno que lo hiciera Salzburgo. Christian Tielemann dirigirá Strauss, para lo que en un principio había previsto a Giuseppe Sinopoli. Su muerte supuso una ruptura muy trágica en mi trabajo.

P. ¿Ha previsto la participación de compositores contemporáneos españoles además de Halffter?

R. La Filarmónica de Viena ha deseado estrenar cada año una obra hecha por encargo para abrir su repertorio y yo se las he encargado a algunos compositores amigos míos. Cristóbal Halffter, con quien mantengo amistad desde hace más de 30 años, compone una de ellas. Esto no tiene nada que ver con el gran proyecto de música nueva, llamado Pasajes de Salzbugo, que comenzará el próximo año y brindará oportunidades también a jóvenes compositores españoles. En el futuro vendrán, entre otros, Sanchez Verdú, que me parece extraordinariamente importante, y Mauricio Sotelo, al que ya fomenté en la Bienal de Múnich.

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