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Entrevista:FÚTBOL

'El fútbol italiano sólo es físico y táctico'

José Mari y Javi Moreno quieren olvidar en el Atlético su mala experiencia en el Milan

José Mari (Sevilla, 1978) y Javi Moreno (Silla, Valencia, 1974) han llegado al Atlético desde el Milan, desde el infierno: el caprichoso fútbol italiano y sus interminables sesiones de vídeo, sus desvelos por el músculo y su insensibilidad hacia el balón. El segundo -el primero tiene una lesión muscular- afronta hoy (21.00, televisiones autonómicas) al Cruz Azul, mexicano, en el Trofeo Teresa Herrera. La primera gran cita del equipo rojiblanco.

Pregunta. Vienen de un fútbol poco vistoso, muy físico.

J. Mari. Parte de la filosofía italiana es no jugar. Últimamente lo intentan más, pero no les sale porque no están acostumbrados. Yo estaba con Leonardo o Boban, muy técnicos. Si hacen una jugada de las suyas en Sevilla o Madrid, se cae el estadio. Allí pasan inadvertidos. En cambio, Gatusso entra fuerte, tira a tres tíos y es el ídolo.

J. Moreno. El fútbol italiano sólo es físico y táctico, nada de espectáculo. La idea es ganar 1-0 y da igual como juegues. Pero ése no es el motivo por el que nos cuesta adaptarnos. Hay otros.

P. ¿Cuáles?

J. Mari. El entorno mediático de Milan es lo peor que he encontrado. Si no te haces amigo suyo y no les ríes las gracias, te matan.

J. M. La prensa me trató fatal. No me ayudó en nada. Otros hacían menos que yo y les daban mucha más bola. Al final, retiré mi palabra a los periodistas.

P. Ustedes no contaron casi para Ancelotti, su entrenador.

J. Mari. Es la tónica del Milan. Toda su plantilla ha costado mucho dinero. Eso no es indicativo. Allí se juega por momentos, por impulsos. A veces, sí; a veces, no. Este curso, por ejemplo, se tendrá que quedar alguna figura en el banquillo. Un problema.

J. M. Es un club grande y es muy difícil hacerse un sitio. Yo tengo la conciencia tranquila. Metí goles. Si no te dan continuidad, es imposible. Si juegas un partido y luego te quedas dos fuera... Yo no pedí explicaciones ni me las dieron. Marcábamos goles y, al día siguiente, te ibas al banquillo o a la grada. Era muy difícil estar entre los 18 convocados y yo he estado casi siempre.

P. ¿Por qué esa planificación?

J. Mari. Hay dos tipos de jugadores: los que quiere el entrenador y los que ficha el presidente para la galería. Hay fichajes que no sirven. Rivaldo es grandísimo, pero lo que le hace falta al Milan es un defensa.

P. ¿Las costumbres...?

J. M. Yo me adapté a todo.

J. Mari. Los primeros cuatro meses fueron los peores de mi vida. No conocía el idioma, no conocía a nadie... Luego, estuve mejor, pero nunca como en España. Hay muchas diferencias. Nada que ver con la tranquilidad y la alegría con la que se vive aquí.

P. O sea, que lo pasaron mal.

J. Mari. Con la gente no tuve problemas, aunque el trato es más frío. Los tuve con las lesiones y por estar tan lejos de casa.

P. Al menos, habrá aprendido a jugar más rápido y con más movimientos tácticos.

J. Mari. Sí, soy mejor en muchas cosas.

J. M. Siempre se aprende.

P. Y ahora, el Atlético, recién ascendido y con problemas económicos.

J. M. Es una mejora total. Allí estaba triste, no era yo. Cuando no se te valora...

J. Mari. El Atleti, cuando me marché de él [en 1999], no funcionaba como tenía que funcionar. El ambiente no era sano. Ahora, lo que se ve es lo que hay. Se hacen las cosas bien claritas.

P. La afición le pitaba.

J. Mari. Acababa de cumplir los 21 años y me afectaba más. Quizá me fijé demasiado en esa minoría que no me quería.

P. ¿Y Luis Aragonés?

J. M. Me parece un tío serio y que sabe a lo que juega.

J. Mari. Sabes perfectamente lo que quiere. Tiene buen rollo con casi todos. Tendrá sus defectos y sus virtudes, pero dice las cosas a la cara sin esconder nada.

P. ¿Cómo se definirían?

J. M. A mi me gusta irme a bandas, no estar parado entre los dos centrales. Si no entro en juego, no estoy cómodo.

J. Mari. Espero aportar mi velocidad y buscaré la espalda a los defensas.

P. ¿Y deportivamente?

J. M y J. Mari. Éste es el Atleti de toda la vida, el tercer equipo de España.

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