Becas compensatorias
Una de las asignaturas pendientes de la educación universitaria española son las becas, que sólo recibe el 15,4% de los alumnos, contra el 40% de media de la UE. La mayoría de los becados percibe exclusivamente dinero para matrícula y material, y un 3,54% suma a ello una beca de transporte y/o una beca compensatoria. Estas últimas, para estudiantes cuyas familias tienen ingresos sumamente bajos, pretenden aliviar el quebranto que les supone que el hijo siga estudiando en lugar de trabajar. Su monto actual es de unos 1.700 euros.
Sólo tienen derecho a beca compensatoria las familias que ingresan menos de 525 euros al mes si son de tres miembros o menos de 700 si son de cuatro. Si la unidad familiar suma ocho personas, por ejemplo, ha de ganar menos de 1.350 euros mensuales. Pues bien, el Ministerio de Educación comunicó el 28 de mayo a los rectores que, para el curso 2002-2003, aquellos alumnos de primer curso que hayan pedido beca compensatoria no la van a recibir si su familia tiene solamente ingresos bajos. Han de pertenecer además a colectivos 'muy desfavorecidos': huérfanos, familias sustentadas por personas en paro o dependientes de viudos, madres solteras o separados. Según cálculos de los rectores, unos 8.000 estudiantes están afectados.
La ministra Pilar del Castillo ha defendido el recorte con una batería de cifras que demuestra que las partidas destinadas a becas están creciendo y el umbral de familias con derecho lleva años ampliándose. Entre 1997 y 2001, el número de ayudas compensatorias ha crecido casi el 61%, precisó. Bien por los datos, pero difícilmente pueden ocultar que 8.000 chicos y chicas humildes han visto cómo este año surgía un nuevo obstáculo en su carrera hacia el título superior. ¿No sería más presentable quitar dinero de otras partidas? Se supone que figuramos entre la docena de países más prósperos del mundo.
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