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Reportaje:GESTIÓN Y FORMACIÓN

Los directivos se llevan la casa a cuestas

El 55% de los europeos considera decisiva la familia a la hora de aceptar un traslado para trabajar en otro país

Las multinacionales europeas culpan a las barreras políticas, legales y fiscales de la escasa movilidad internacional de sus trabajadores. Pero lo que pasa por la cabeza de un ejecutivo cuando sopesa un traslado al extranjero son otras cosas: qué hacer con la pareja, los hijos y el alojamiento. A la hora de convencerle, los problemas domésticos se convierten en cuestión de empresa.

Europa tiene cada día una mayor necesidad de trabajadores con perfil internacional, según el estudio Gestionando los problemas de movilidad: una perspectiva europea, de PricewaterhouseCoopers. El informe combina la opinión de 400 empresas y 10.000 ciudadanos europeos en edad activa.

Sólo el 17% de los ciudadanos europeos está dispuesto a cambiar de país, según una encuesta con más de 10.000 opiniones

Entre las empresas españolas, un 73% cree que es importante contratar ejecutivos dispuestos a cambiar de país, y un 85% estima que esta necesidad aumentará en el futuro. Estos deseos, sin embargo, no son órdenes para la población europea: sólo un 17% de los encuestados se muestra dispuesto a dejarlo todo. La mayoría son jóvenes inexpertos, justo lo que las empresas no piden.

Tanto las empresas como los ciudadanos coinciden en que el idioma y las necesidades del cónyuge del expatriado son barreras importantes en un traslado. Para el 40% de las compañías, la expatriación es sobre todo una carrera de obstáculos políticos (falta de legislación europea integrada, diferencias en los sistemas fiscales y, en menor medida, contrastes en la remuneración). Entre los individuos, los impedimentos subrayados son de tipo personal y social: al 55% le preocupan los lazos familiares, los hijos y el alojamiento.

Casa, hijos, esposa

David Gibson, ejecutivo de Sun Microsystems, fue trasladado a España en marzo. Tiene sólo elogios para este país, entre otras cosas porque se ha ahorrado muchos 'vuelva usted mañana' burocráticos, a pesar de que aún no domina el castellano. 'Aquí hemos contado con apoyos utilísimos. Nos ayudaron a encontrar una casa, que era una de nuestras principales preocupaciones, y también un buen colegio para nuestros hijos'.

Gibson es uno de los muchos extranjeros a los que ha ayudado Relocations España, que se dedica a facilitar a estos directivos un aterrizaje con mínimas turbulencias. El apoyo incluye asesoría en aspectos que, por nimios que parezcan, pueden impedir una estancia feliz. No sólo se ayuda a encontrar una vivienda, un colegio o un coche; también hay consejos para abrir una cuenta bancaria, acudir al supermercado más barato o manejarse en el sistema sanitario.

'Toda nuestra estrategia está basada en un ahorro de tiempo', relata su gerente, Diane Kiddell.

'Las compañías están pagando a sus empleados. Si éstos dedican parte de la jornada a solucionar su vida personal, eso se traduce en pérdida de horas de trabajo. Para nosotros, el cliente es la empresa, pero la persona que tenemos que mantener contenta es el expatriado'. Kiddell opina que los alrededor de 3.000 euros que cuesta un paquete completo no son nada comparado con lo mucho que la compañía puede perder si la expatriación es un fracaso.

Los servicios de estas compañías de traslado se popularizan a medida que las multinacionales entienden que el toque humano puede determinar el éxito o fracaso de la salida al exterior. 'Al reto profesional que supone el nuevo destino hay que sumarle el agobio o la angustia familiar de acometer una aventura. En esa situación, cualquier apoyo aminora la incertidumbre' dice Pedro Checa, director general de UniConsult.

Para Marta Álvarez, consultora de Ernst&Young y autora del libro El desplazamiento de trabajadores al extranjero en España la tendencia sólo está comenzando: 'Estamos en mantillas, con países alrededor que nos llevan mucha ventaja. En algunas multinacionales existe incluso la figura del tutor del expatriado, que se encarga de resolver todos sus problemas, mientras aquí algunas empresas ni siquiera ayudan a sus empleados a solucionar la maraña de impuestos'.

Telefónica, una de las empresas españolas que más empleados tiene en el exterior (cerca de 200), no emplea los servicios de compañías especializadas, pero las elogia.

'Cuando nosotros empezamos a expatriar', explica Juan Carlos Alesón, director de la Unidad Internacional de Recursos Humanos del grupo, 'estas empresas no existían. Ahora ya tenemos rodaje y podemos encargarnos solos'.

Los empleados de Telefónica cada vez demandan más estos servicios,según Alesón, que corrobora que vivienda, colegios y cursos de idiomas son las tres gestiones más frecuentes. 'Me vi muy arropado cuando me enviaron al extranjero, sobre todo porque solucionaron el alquiler de un apartamento y la cobertura de mis gastos',relata Mario Quijano, que se encargó de poner en marcha la sucursal argentina de ArtMedia, una de las divisiones del grupo. 'Hay que trabajar', dice Kiddell, 'con las expectativas de cada persona, hablando con ellos antes de que lleguen al destino. Muchos piensan que en Madrid tendrán una casa estupenda con vistas al Retiro. Luego llega la desilusión... y el enfado'.

Trabajo para dos

'Imagina que te vas a China y se rompe una tubería en casa. ¿A quién acudirías?' pregunta Marta Álvarez, consultora responsable de expatriación en Ernst&Young. Estas cuestiones no deben despreciarse a la hora de trasladar a un ejecutivo a otro país. La opinión del cónyuge, normalmente una mujer, y su propio desarrollo profesional, están entre los factores que más pesan a la hora de dar el sí al traslado. Con el gancho de que también encuentren empleo en el país de destino, algunas de estas políticas ya incluyen asesoría laboral para cónyuges (elaboración de currículos y cartas de presentación, preparación para entrevistas de trabajo...). Mientras en Europa compañías como Shell cuentan ya con un Centro de Empleo para Esposas, en España las atenciones al cónyuge no son frecuentes. Jaime Pardo, director de Lee Hecht Harrison España, filial de Adecco, especializada en servicios de transición de carrera, afirma que 'se trata de casos muy concretos, menos del 5% de los que nosotros tratamos. Lo fundamental es enseñarles el idioma y facilitarles algunos contactos; luego la mayoría se mueven solas'. El empleo casi nunca se garantiza, pero a veces flota de una manera informal entre la compañía y su expatriado.

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