MERCÉ ACABA 'LÍO', SU NUEVO DISCO, Y CANTA HOY EN EL ALBERT HALL

José Mercé (Jerez, 1950) estaba ayer en su casa de Chipiona, donde pasa los veranos. Por allí andaba también su fiel guitarrista, el genial Moraíto Chico. 'Le gusta mucho la piscina', dice Mercé. 'Pero no para bañarme, eh', aclara Morao: 'Llevo mi caña última generación, echamos los boquerones y ¡a pescar!'.

Esta noche, sin caña ni boquerones, estos dos jerezanos, que han dedicado sus vidas a difundir la música que sus antepasados les dejaron en herencia -ambos vienen de dinastías flamencas fetén-, actúan junto al grupo habitual de Mercé en uno de los grandes templos londinenses de la música clásica, el Royal Albert Hall. Es la 108ª edición de los Proms, y el festival londinense espera con gran expectación esta insólita visita del flamenco, programada por el nuevo director, Nicholas Kenyon.

'Igual 'hall' que cocina'

Ayer sólo quedaban entradas sueltas, informa Luis Suñén, así que 6.000 espectadores (1.400 de ellos, de pie) llenarán esta noche las gradas y la Arena. 'Es la leche, ¿no?', exclama el cantaor por teléfono. 'Pero lo increíble es que luego, en España, los discos de flamenco sólo los pinchan en Cadena Dial. Y los demás nos marginan. Lo de este país es muy fuerte. Aquí les da igual que trabajes en el hall que en la cocina. Aquí no se le da importancia a nada'.

Otra cosa es que Mercé no se asuste fácilmente ante retos así. Con la compañía de Antonio Gades cantó en los mejores escenarios del mundo, y en los últimos años ha actuado en todo tipo de sitios, desde las peñas de los pueblos hasta una plaza de toros, el Teatro Real o un palacio de deportes. 'La verdad es que me da igual un sitio que otro', dice. 'No tengo problemas. Me da igual el barrio de Santiago que Nueva York. El caso es poder vivir de lo que me gusta. Poder seguir cantando. Lo demás me trae sin cuidado'.

Mercé vive la época del éxito de masas, y eso incluye un par de fenómenos muy raros en el flamenco: las fans, acosándole con pasión, y el público, coreando sus canciones de memoria. Su último disco, Aire, ha vendido 230.000 copias, y el anterior pasó también de las 200.000, según confirmó ayer un portavoz de su discográfica, Virgin.

Todo ello no obsta para que Mercé prefiera reivindicar la calidad antes que las ventas. 'Lo del número uno y el dos me lo paso por el forro. De eso ni sé, ni hablo. Tengo la suerte de haber nacido en una dinastía de cantaores y me siento un privilegiado. Pero en este momento, en España hay montao un tinglao en el que vale todo. Nos hemos olvidado completamente del oído, y la música consiste en hacer un marketing muy gordo y meterle a la gente las cosas por las orejas. Y así estamos, hechos unos horteras de cuidado, sin diferenciar lo bueno de lo malo'.

Mientras, el cantaor acaba de terminar en Cádiz la grabación de su nuevo disco. Como el último, lo ha producido el mago Isidro Muñoz. Se titulará Lío, saldrá a la venta en otoño -el single, a fines de este mes- y los que lo han oído dicen que es mucho más flamenco, más clásico que los anteriores. 'Creo que podía permitirme ya ese lujo, ¿no? Es un disco mucho más personal que Aire, flamenquito y por derecho. No hay mucho más que la voz, las guitarras de Morao, su hijo y Cañizares, un poco de percusión y algunos coros. No sé si venderá menos o más que los otros, lo que sé es que estoy muy satisfecho de cómo ha salido'.

Son diez temas. Mercé canta por siguiriyas, soleá, malagueñas ('grabadas con el órgano de tubos de la iglesia del Carmen de Jerez'), alegrías, tangos y bulerías varias, entre ellas una versión del Te recuerdo, Amanda, de Víctor Jara, y un fin de fiesta con la 'Filarmoney del Barrio de Santiago'.

'La Filarmoney somos El Bo, Rafita, Gregorio y Chícharo a las palmas; Moraíto y Diego, a la guitarra, la voz de Mercé y la producción de Isidro', explica. 'Y cantamos unas letritas muy graciosas'. ¿Por ejemplo? 'Cómo tienes criatura / el corazón apagao / o fuera de cobertura'.