'La cumbre de los sentimientos es el humor, el amor y la compasión'
Rafael Reig (Cangas de Onís, Asturias, 1963) ha escrito una de las novelas más divertidas y provocadoras de los últimos años, Sangre a borbotones (Lengua de Trapo). Él la define como una 'novela transgénica que ha ido recopilando ADN de varias tradiciones literarias, la negra, la ciencia-ficción, el Oeste o la erótica'.
Carlos Clot es un detective melancólico en la tradición de un Sam Spade, que juega al ajedrez y guarda el whisky en un archivador. Estamos en el Madrid de la era pospetróleo, la Castellana es navegable y la gente se desplaza en bicicleta.
Clot tiene que resolver tres casos, el de una joven drogadicta desaparecida, el de una mujer adúltera y el más complicado: tiene que encontrar a una heroína que se ha escapado de una novela del Oeste. Reig ha conseguido que esta novela loca y desmadrada incluya también una reflexión sobre la escritura y la crítica y no le falta además una lectura intimista. No se puede dar más en menos páginas.
PREGUNTA. ¿El detective Clot tendrá continuación?
RESPUESTA. Quizá, no lo sé. Intento que cada novela que escribo sea completamente diferente a la anterior. Como dijo Flaubert, no elijo los temas, los soporto.
P. ¿Cómo consigue hablar de cosas serias con tanto humor?
R. Intento cada vez ser menos divertido. Lo divertido no tiene prestigio. Me pasa a mí mismo, si me lo paso bien leyedo un libro seguro que no es bueno.
P. Ha metido usted una novela del Oeste dentro de una novela negra.
R. El género negro es un banco de pruebas ideal, en el que el escritor puede experimentar cuanto quiera. Lo que yo de verdad quería conseguir con esta novela era una mezcla de humor y de compasión. La cumbre de los sentimientos es la mezcla del humor, del amor y de la compasión.
P. Es muy crítico con un determinado tipo de críticos, a los que llama en la novela los G Punto.
R. No es una crítica rencorosa, yo no la he sufrido. Creo que la crítica es fundamental, pero la mala salud de la crítica es consecuencia de la mala salud de la literatura.
P. ¿Qué es lo que anda mal?
R. Cada generación tiene que inventarse una tradición propia, tiene que inventarse a sí mismo como escritor y tiene que inventar una nueva forma de leer.
P. ¿Cuál es su tradición?
R. Galdós y la literatura española del siglo XIX; soy también adicto a los poetas franceses y a los autores norteamericanos. Echo en falta en la gente de mi edad que no haga una lectura creativa de los clásicos. Hay gente que escribe novelas como si fueran la primera de la historia de la literatura, como si antes que ellos no se hubiera escrito nada.
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