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Greenpeace se opone a la Ruta Azul por su impacto en el litoral

Un informe critica proyectos urbanísticos en la costa de Cabanes, Sagunto y Calpe

La organización ecologista internacional Greenpeace ha avisado en su último informe sobre las costas españolas que numerosos proyectos urbanísticos, ampliación de puertos, campos de golf, extracción de áridos de los fondos marinos y vertidos contaminantes amenazan el litoral valenciano. Entre ellos, destaca el proyecto del Consell conocido como Ruta Azul 'que pretende urbanizar ordenadamente 20 kilómetros de litoral' y 'destruirá importantes zonas húmedas'.

Greenpeace hizo público ayer el informe Destrucción a toda costa 2002, una radiografía de los desmanes que se están cometiendo o se proyectan cometer en las costas españolas. Y a su juicio, la Comunidad tampoco se libra de los peligros. En primer lugar, critica que de los 437 kilómetros de franja litoral sólo 65,5, 'apenas el 15%', goza de alguna protección.

Sobre todo cuestiona la dudosa planificación urbanística: 'A pesar de que Castellón y Alicante son descritas en el Plan Hidrológico Nacional como las regiones de mayor escasez de agua', critica Greenpeace, 'este año se han presentado una veintena de nuevos proyectos urbanísitcos en sus costas (complejos turísticos con campos de golf incluidos), que dispararán aún más el consumo de agua'.

El informe de Greenpeace es especialmente crítico con los planes urbanísticos. Y hace referencia al que el PP ha anunciado como proyecto estrella para la próxima legislatura: la Ruta Azul, que va a urbanizar la costa entre Sagunto y Valencia tras desplazar la autopista hacia el interior, además de trasladar el aeropuerto a Sagunto, ampliar el puerto de esta localidad y situar un corredor para el AVE.

También figura el proyecto de Cabanes para urbanizar 527.000 metros cuadrados, es decir, toda la franja litoral virgen del municipio. Igualmente menciona el parque marítimo de cuatro kilómetros del Pinar de Castellón, 'subvencionado por la UE con nueve millones de euros'. O la urbanización en Sagunto de la zona de l'Almardá, dentro del marjal de Almenara. O los 15.000 metros cuadrados a construir en la playa de la Patacona, en Alboraia.

En cuanto a puertos, Greenpeace critica la ampliación de los de Xàbia y Altea (que destruirá la playa de L'Alfàs del Pi) y la construcción de otro en Guardamar del Segura, en la desembocadura del río.

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Los ecologistas creen que hay tres puntos negros en el litoral valenciano, uno por provincia. Así, en Castellón, cuestionan la ampliación del puerto, un 'proyecto sobredimensionado que incluye la construcción de dos nuevos diques, una nueva explanada de 85.000 metros cuadrados ganada al mar, el dragado de 3,5 millones de metros cúbicos y la colocación de 2.500 cajones de hormigón'. Sin ampliar ya causaba una 'preocupante' destrucción costera: 'Uno de los ejemplos más claros es el de la playa de Almassora', afirman. Pero amplían el problema a Almenara, Chilches y Moncofa, 'que han perdido 250 metros de orilla hasta la fecha'. Y la solución acometida por el Gobierno, la regeneración de playas no les satisface: En Peñíscola, 'los más de 24 millones de euros (4.000 millones de pesetas) gastados por Medio Ambiente el año pasado no sirvieron para nada, ya que los temporales de este invierno se han llevado la arena'.

En la provincia de Valencia, con 11 kilómetros de costa virgen, el informe califica de punto negro el parque de L'Albufera. Y describe sus males: 'Existe un centenar de parcelas que ocupan suelo público ilegalmente, se producen aterramientos ilegales, sus aguas se encuentran gravemente dañadas por los residuos tóxicos procedentes de la agricultura y la industria'.

En cuanto a Alicante, se centra en el dragado del yacimiento submarino de Serra Gelada 'para regenerar playas artificialmente', una actividad que destruye el fondo marino e implica la desprotección de Benidorm frente a los temporales y corrientes marinas al modificarse el fondo. Greenpeace también critica que las praderas de Posidonia oceanica, importantes ecosistemas para el crecimiento de alevines de muchas especies pesqueras, carecen de protección en Burriana, Benicàssim, Valencia (El Saler), Cullera, Gandia, Altea.

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