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Columna
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La vaca negra

Juan Cruz

Éste era un hombre que llegó al pueblo con dos vacas, una negra y otra blanca. Cuando le elogiaban el peso, exactamente el mismo, de ambas vacas, él decía: 'Es que la blanca es extraordinaria' ¿Y la negra?, le decían. 'La negra también', era su respuesta. Y cuando le hablaban de la leche que daban las vacas -exactamente los mismos litros cada una-, él tenía la misma respuesta: 'Es que la blanca...'. ¿Y la negra? 'La negra también'. Hartos de la distinción entre vacas de igual envergadura y rendimiento, los parroquianos le preguntaron finalmente: '¿Y por qué haces tantas distinciones, si las dos vacas son exactamente iguales?'. 'Es que la blanca es mía'. '¿Y la negra?'. '¿La negra? La negra también'.

El chiste de la vaca negra se parece a la distinción que se ha hecho ahora en España entre los Juegos Olímpicos y la Expo. La Expo es la vaca negra. Los Juegos son la vaca blanca, así se celebran. Es también el décimo aniversario de la Expo, pero esta conmemoración se ha ennegrecido, hasta en Sevilla, donde el calor diluye la memoria. Incluso la Renfe ha tenido a bien olvidarse, por decreto, de los diez años del AVE, que fue uno de los acontecimientos principales de aquel viaje al Sur que fue la Expo. Los truenos ensordecedores que entonces empezaban a consolidarse en este país contra los gobernantes que organizaron la Expo, acosados por los tambores mediáticos del sindicato del crimen y la conspiración que reclamaba la expulsión de González, siguen hasta hoy, y lo que debió ser un momento por lo menos de cierto orgullo, ha pasado sin pena ni gloria en el abundante almanaque de las conmemoraciones.

Ahora he leído en alguna parte que el presidente del Gobierno actual está pidiendo una recopilación de los insultos que oye contra sus ministros o contra las instituciones de su partido; no sé si alguien tuvo alguna vez la tentación de poner en orden los insultos y la sospecha que la Expo -¡y el AVE, el AVE!- recibieron de la España del váyase, señor González, pero si hay enciclopedia posible del insulto es esa que se escribió en aquel momento. Ahora lo que sucede es que una vaca es blanca y la otra es negra. Pero ésta también es nuestra.

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