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EL SALVADOR

'Lloro siempre en el día del padre'

'A mí me llevaron a un orfanato a los cinco años de edad, luego de que mi padre muriera víctima de una mina terrestre. Recuerdo que mi papá se desangraba y estuve con él, consolándolo, hasta que murió', narra Lucio Carrillo, según informa Juan José Dalton desde San Salvador.

'Mi madre, dos años antes de fallecer mi padre, había sido asesinada por los escuadrones de la muerte. La mataron delante de nosotros y tuvimos que huir a los montes, donde mi padre se convirtió en un colaborador logístico de la guerrilla. Al morir mi padre, mis hermanos y yo quedamos desperdigados y yo terminé en un orfanato', cuenta Carrillo, quien asegura que llora 'el día de las madres, el de los padres, en Navidad. El día de los muertos también, porque no podemos enflorar a nuestros padres, no sabemos dónde fueron enterrados...'.

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Los olvidados de la guerra

Carrillo fue uno de los primeros casos de jóvenes encontrados por sus familiares a través de la asociación Pro-Búsqueda de Niños desaparecidos en la guerra civil de El Salvador [1980-1992, 8.000 desaparecidos], fundada por el jesuita Jon de Cortina en 1994. Esta asociación ha registrado 653 niños desaparecidos; de éstos, 132 han encontrado a sus familias biológicas; 22 fallecieron y del resto, ni rastro.

'Nuestra lucha ahora es para que se cree la Comisión Nacional de Búsqueda, con facultades legales, para que ningún desaparecido quede sin aparecer y que estos jóvenes tengan derecho a saber su verdad', dice Cortina.

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