El Arzobispado de Granada exige 721 euros a personas sin recursos para admitirlas en un asilo

Un centenar de vecinos de Tocón, un pueblo de 1.200 habitantes situado a 40 kilómetros de Granada, se concentró ayer ante las puertas del Arzobispado granadino para denunciar lo que consideran 'un abuso' por parte de la Curia en la apertura de una residencia. El centro, edificado gracias a la herencia de un vecino que legó sus propiedades al Arzobispado para su construcción, se abrió el miércoles. Sin embargo, según los vecinos, en lugar de estar destinado a personas sin recursos, exige cantidades de hasta 721 euros (120.000 pesetas) a los futuros residentes.

'La Curia no se entera: Tocón no es Gescartera' o 'Todos los toconeros queremos nuestro dinero', fueron los lemas que los vecinos, desplazados expresamente desde Tocón, corearon ante las puertas del Arzobispado granadino, cerrado por vacaciones hasta el próximo 29 de julio. También se desplegaron pancartas en las que se podían leer frases como 'La residencia de Tocón no es una limosna, es un derecho' o 'La Curia quiere aprovecharse del dinero de los mayores'.

La historia de la residencia de Tocón se remonta al año 1967. Carlos Arévalo, un rico vecino del pueblo, murió y dejó establecido en su herencia que quería que su patrimonio (una parcela de 300 hectáreas, fincas y diversas edificaciones) sirviera en el futuro para ayudar a la educación escolar en el pueblo y crear una residencia para los mayores que no tuviesen recursos económicos. Su patrimonio, que ascendía a varios cientos de millones de pesetas, debía ser gestionado por una fundación en la que participaría el Arzobispado granadino.

Después de años de retrasos, de ventas de terrenos (con operaciones especulativas, según los vecinos), los habitantes del pueblo exigieron al Arzobispado de Granada el pasado año que comenzara sin dilación las obras de la residencia. Ésta terminó de construirse hace unos días y el Arzobispado anunció esta semana que el miércoles ya estaría en funcionamiento con una capacidad de 19 plazas.

La sorpresa de los vecinos llegó cuando vieron el pliego de condiciones que impone la Curia granadina para aceptar residentes: considera que cada plaza cuesta 841 euros al mes (140.000 pesetas), y exige, por ello, que los residentes paguen, al menos, 721 euros mensuales (120.000 pesetas). La forma de pago de esa cantidad es que, el residente debe abonar el 85% de todos los ingresos de los que disponga (de 330 euros a 390) y que el resto lo abonen los hijos o éstos se hagan cargo de la deuda. Si el residente tiene patrimonio en propiedad, reconocerá la deuda que tiene con la residencia y el pago se efectuará con cargo a sus propiedades.

'La Curia se quedó con el patrimonio de Carlos Arévalo y ahora quiere quedarse también con el patrimonio de los ancianos de Tocón', decía ayer José Núñez, uno de los manifestantes. 'El arzobispado se quiere lucrar con la residencia y, si la gente de Tocón no cumple sus condiciones, traerá a gente de fuera con más poder adquisitivo'.

'Se trataba de un residencia para gente sin recursos', explicó por su lado Miguel Ángel Espejo, que ha llevado las negociaciones con el Arzobispado, 'y lo que la Curia quiere es ir vendiendo el patrimonio de Carlos Arévalo. Se han hecho operaciones especulativas a costa de ese patrimonio'.