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Una pandilla da una paliza a tres policías en un suburbio de París

Tres policías que circulaban en bicicleta fueron molidos a golpes por un grupo de jóvenes en un suburbio del noreste de París, cuando se habían parado ante el más joven de ellos para pedirle la documentación por sospechar que estaba fumando hachís. Uno de los agresores sacó un bate de béisbol y otro arrebató su defensa a una agente, a la que desfiguró la cara a porrazos y le rompió la mandíbula, mientras los demás la emprendían con sus colegas masculinos.

Uno de los heridos pidió refuerzos y las fuerzas del orden ocuparon el suburbio con gran despliegue. Cuatro jóvenes fueron detenidos en el piso en el que se habían metido, donde se encontró la porra arrebatada a la agente, y otros dos fueron arrestados en la redada posterior, casa por casa. Todos los detenidos tienen edades comprendidas entre los 15 y los 22 años, sin que anoche estuviera claro quiénes eran los autores materiales de los hechos.

Este incidente se produce en pleno debate parlamentario sobre el proyecto gubernamental de crear centros de reeducación para jóvenes delincuentes y de rebajar hasta los 10 años la edad en la que se puede empezar a exigir responsabilidades penales. Esa ley en preparación fija en 13 años la edad en que un adolescente puede ser encarcelado, en caso de que viole la asignación obligada a un centro de reeducación.

La agresión se produjo el miércoles por la tarde, a la luz del día y en presencia de distintos vecinos. La agente de policía, llamada Elisabeth, de 25 años, ha sido intervenida quirúrgicamente dos veces y se encuentra en una unidad de cuidados intensivos. Otro de los policías salió anoche del hospital.

La violencia cotidiana en los suburbios de las grandes ciudades es uno de los caballos de batalla del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que clama contra 'el salvajismo de los granujas'. Toda patrulla policial se compone ahora de un mínimo de tres miembros de día y cuatro o cinco de noche. Pero en los sindicatos de policía surgen voces que apremian al ministro a cumplir su promesa de dotar de pistolas de balas de caucho a las patrullas encargadas de trabajar en los barrios 'difíciles'.

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