Will Smith y Tommy Lee Jones presentan 'Hombres de negro II'
Los actores defienden la libertad y la ironía de lo 'incorrecto'
Los hombres de negro llegaron con camisas y sonrisas blancas, sobre todo en el caso de Will Smith. El actor presentó, junto a su compañero Tommy Lee Jones y el director Barry Sonnenfeld, la secuela Hombres de negro II, que se estrena el 30 de agosto. La policía marciana vuelve a la carga contra lo políticamente correcto: 'A la gente le gusta disfrutar de la libertad y escapar de las tonterías de lo correcto', dice Jones.
Políticamente incorrectos, pero en todos los sentidos.
Llegaron con 45 minutos de retraso. Lo suficiente como para que no se produjera el motín que proponían los fotógrafos, que a punto estuvieron de dejarles sin imágenes por la incorrección, claro. 'Se retrasó el avión', dijeron. Y Will Smith sacó de la maleta toda esa simpatía de estrella y rapero en son de paz para calmar los ánimos. Lee Jones le siguió el juego y los dos se lanzaron a responder a todo en español, con algún que otro desliz en los dobles sentidos.
Así, el más experimentado, el agente K (Lee Jones), terror de los marcianos que en esta secuela tiene que ser reeducado por el agente J (Smith), descubrió que cool, en sentido Hombres de negro, no es suave, sino chulo o que mola. 'Chulo es buena cosa', decía Jones. 'Barry, eres un director chulo', peloteaba Smith con el cineasta Sonnenfeld. Lo mismo que 'caliente', un término que el actor más joven espetó a una periodista que cogió el micro nada más verla: 'Umm, caliente', le dijo, ante la carcajada general y el sonronjo de la chica. Después le explicarían el error su comitiva de secretarios, gorilas y agentes de la Columbia, que se contaban por decenas.
El artista negro, con dos pendientes brillantes y vestido de blanco como una novia, contó cómo lo pasó de bien volviendo a hacer Hombres de negro después de haber sufrido de lo lindo con Ali. 'Cuando trabajo en película Alí mi vida es muy seria', decía. 'Cuando trabajo en Hombres de negro II, por dos o tres semanas no fue chistoso, pero, cuando llegó Tommy, me puse chistoso otra vez'. Aplausos.
Lee Jones, con ese aspecto que tiene de padre inapelable en el horario de entrada a casa, le animaba y le corregía. 'Trabajar con efectos especiales es difícil. Me siento estúpido hablando con un perro. Es difícil siempre, pero fácil si sabes cómo hacerlo. Pero si no sabes es...', Smith titubea y busca la palabra. 'Es imposible', responde Jones, que acudió con el capote.
Los traductores, uno para cada estrella y otro para el director, les miraban impertérritos. Pero Smith se los llevó al huerto: 'Usted habla muy bien español', le dijo a su intérprete. Barry Sonnenfeld bailaba el agua. El director fue el encargado de explicar que el final tuvo que cambiar el escenario de las Torres Gemelas por la Estatua de la Libertad y explicó lo que cree que atrae a estas dos estrellas de su película: 'Lo políticamente incorrecto', dijo. 'Tenemos un gobierno conservador, pero a la gente le sigue gustando la comedia y la ironía', aseguró. Jones asintió: 'A la gente le gusta disfrutar de la libertad y escapar de las tonterías de lo políticamente correcto'.
Está claro que al actor, muy amigo del último candidato demócrata Al Gore, como confesó ayer, no le gusta el Gobierno de su país: 'Tenemos una historia muy rica en ignorantes', aseguró. Smith, que alguna vez ha confesado que le gustaría meterse en política, dijo que se arrepentía de ello. 'Estuve con Bill Clinton alguna vez, y ser presidente es un trabajo duro. Nadie está contento, así que me quedo como actor', aseguró.
Cambio de papeles para ser original
En la primera parte de Hombres de negro, el joven Smith, agente J, es adiestrado por el que es el mejor policía cazamarcianos del universo, agente K, a quien interpreta Tommy Lee Jones. En la segunda parte, cambian las tornas. El agente K trabaja en correos, no recuerda su historia como azote galáctico y debe ser recuperado por J para librar al mundo de una extraterrestre cañón a la que da vida Lara Flynn Boyle, que todo lo enrrolla con unas garras viscosas. Es un cambio de papeles clave para ser originales. 'Nos gustó hacer ambos papeles a los dos', auguró ayer Smith para referirse a su juego doble de maestro y aprendiz. Y justificó la triquiñuela. 'Cuando haces una continuación es difícil porque quieres hacer algo diferente pero la gente, en sus corazones, quiere la misma película', decía en su español voluntarioso. 'Así que cambiar los papeles fue un intento para hacer algo diferente, pero que resultara igual', afirmó. De todas formas, a Will Smith le convencía más el disfraz de cartero que luce Lee Jones en la segunda parte. 'Tommy tiene las rodillas más sexys de Hollywood', aseguró Smith. De todas formas tendrán que darle más vueltas a la cabeza, porque las dos estrellas se mostraron dispuestas a repetir. '¿Para cuándo la tercera, Barry?', le preguntaban al director. 'Dentro de cinco años', respondió Sonnenfeld. 'Mejor tres, cinco es mucho', le convenció Lee Jones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.