El club de las malas despedidas
Rivaldo se añade a la larga serie de figuras con un polémico final de etapa en el Barça
La despedida de Rivaldo del Barcelona se enmarca de pleno en la antigua y larga serie de salidas por la puerta falsa que el club azulgrana, por una u otra causa, viene brindando a sus mejores jugadores, no importa el cartel mundial que posean ni su carisma entre la afición. Es una manera de hacer que viene de antiguo y que en los últimos tiempos se repite cada vez con mayor asiduidad. Rivaldo, Sergi, Abelardo, Guardiola y Figo han sido los últimos en enfilar el camino de salida del Camp Nou.
Muchos se fueron prematuramente, desairados en el momento de su adiós. Así sucedió ya en 1961 con Luis Suárez, cuando el fino centrocampista gallego, muy discutido por una grada dividida entre sus partidarios y los de Kubala, fue traspasado por 25 millones de pesetas al Inter de Milán.
Suárez, Schuster, Cruyff, Maradona, Zubizarreta, Figo... Todos se fueron por la puerta de atrás
'Me fui del Barça porque me peleé con los directivos. Siguen llevando el club como siempre, y así es difícil que obtengan ningún título', decía en 1984 Maradona tras ser traspasado al Nápoles después de haber estado dos años en el club azulgrana. Poco antes ya se había prescindido primero de un jugador querido por la grada y admirable como Sotil. El hombre por el que fue sacrificado el peruano, el holandés Neekens no tuvo una salida mejor. El presidente Josep Núñez marcó con su despido, tras la consecución de la Recopa en 1979, la pauta del trato que iba a dispensar a las numerosas figuras que contrató durante sus 22 años de mandato.
Juzgados, despidos comunicados en un autocar, acusaciones de traición... de todo ha habido. Schuster fue de los que acabaron denunciando al club ante Magistratura de Trabajo antes de abandonarlo. 'Núñez es peligroso y por eso no volveré a sentarme en una mesa con él', dijo el centrocampista alemán antes de fichar en 1988 por el Madrid. Cuando el ahora entrenador del Xerez colgó las botas se reconcilió con el ya ex presidente y trabajó como ojeador del club azulgrana.
La mayoría de los componentes del Dream Team, incluido su su entrenador, fueron protagonistas de traumáticas despedidas. La más sonada fue la de Johan Cruyff, en mayo de 1996. El entonces vicepresidente Joan Gaspart fue quien le comunicó, entre insultos, que se le rescindía el contrato durante una reunión en los vestuarios del Camp Nou. Antes, en mayo de 1994, tras la dolorosa derrota en la final de la Copa de Europa ante el Milan, Laudrup manifestó: 'Me voy porque no aguanto más a Cruyff'. El danés también recaló en el Real Madrid. Zubizarreta fue a quien Gaspart le comunicó que no continuaba en el club por sorpresa y en el autocar que trasladaba al equipo desde el hotel al aeropuerto de Atenas tras perder la final de 1994.
Ronaldo abandonó el Barça en mayo de 1997 para fichar por el Inter después de las tormentosas reuniones mantenidas por sus representantes y la directiva. Cuando parecía que la renovación era un hecho, se rompieron las negociaciones. 'Es una cuestión de dignidad. La directiva me ha decepcionado', dijo el brasileño.
Hace dos años fue Figo quien denunció que la directiva azulgrana le había regateado más de lo admisible en la negociación por el aumento de su ficha y por ello prefirió irse al Real Madrid. Guardiola prefirió tomar la iniciativa y adelantar su despedida del club, con sólo 30 años. Tampoco fueron mucho mejor las cosas en el baloncesto. Pau Gasol, despechado por la ridícula la ficha que percibió durante su último año en el club y la oferta de renovación que se le hizo, se negó a prolongar las negociaciones y adelantó al máximo su pase a la NBA. Ahora es Rivaldo quien, a los 30 años, flamante campeón del mundo con Brasil, ve extinguida de no muy dulce manera su relación con el Barça.
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