Adopciones
Hablar de la posibilidad de que las parejas de homosexuales puedan adoptar niños es una insensatez como la copa de un pino, por más que los vientos que corren traten, al hacerlo, de que comulguemos con ruedas de molino. No vale la pena meterse en disquisiciones, basta aplicar el sentido común puro y duro: ¿Procede un niño de la unión de dos hombres o de dos mujeres? Pues si no procede de dichas uniones dejemos esas uniones como están, sin descendencia... Por otra parte conviene en este asunto considerar, que la adopción no es un derecho, como puede serlo el derecho a la vida, al trabajo, a ser tratado con dignidad, etcétera.
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