Las cámaras de fotografía digitales escasean en las tiendas por un aumento de demanda
En tres años, las ventas se han duplicado en España.En Europa el mercado ya supera al de cámaras analógicas
Las personas que vayan a comprarse una cámara digital antes de las vacaciones quizá no encuentren el modelo elegido y deban comprar uno alternativo o esperar varios días. Hace semanas que los fabricantes tienen dificultades para suministrar las unidades que piden las tiendas, sobre todo de los modelos recientes y de gama media, porque la demanda es muy superior a la esperada, tanto en España como en Europa.
'Después de un inicio de año flojo, las ventas durante la primavera han sido elevadas y ahora no damos abasto', reconoce José Ignacio Abia, responsable de Olympus en España. 'Recibimos los pedidos con cuentagotas', asegura David Robres, director de Imagin Art, un distribuidor de productos de imagen digital. Elena Martel, de Canon, dice que 'existe un suministro irregular de cámaras digitales', en especial de las más recientes.
El problema no es sólo español, sino europeo: se vende mucho más de lo previsto. 'Falta producto y las fábricas no dan abasto', dice Jaume Guillén, de Reflecta, la importadora de cámaras de Pentax y Ricoh. Gillén matiza que hay escasez en modelos concretos, pero dentro de la gama preferida por el usuario se encuentran distintas alternativas.
Los problemas de suministro tienen su origen en la continua renovación de modelos, que duran de promedio seis meses; en la inmensa variedad de modelos existente, y en el precio elevado de las cámaras, con continua tendencia a la baja. Así, los suministros desde fábrica son prácticamente en tiempo real, sin stocks intermedios que corrijan las fluctuaciones.
En los últimos tres años, las ventas prácticamente se han duplicado en España, tanto en unidades como en facturación. Olympus calcula que el mercado español será de 66 millones de euros este año y de 120 millones el que viene.
En Europa, el mercado de cámaras digitales ya superó el año pasado en valor al de cámaras analógicas, incluidas las compactas, las de objetivos intercambiables y las de un solo uso.
Según la consultora GFK, se vendieron el año pasado 3,4 millones de cámaras digitales, casi el doble que en 2000, por un importe cercano a 2.000 millones de euros. Mientras, pese a venderse 12 millones de cámaras analógicas, la facturación fue de 1.600 millones de euros, con caídas del 10% en unidades y facturación.
En España, la asociación Asimelec estima que el mercado rondó las 155.000 unidades en 2001 y prevé 210.000 para este ejercicio. Algunos fabricantes apuntan que, si sigue el actual ritmo de ventas, se podrá llegar este año incluso a las 300.000 en España.
Casi la mitad de las cámaras digitales vendidas en España pertenece a la gama media, de entre 300 y 600 euros y con dos y tres millones de píxeles. Una cuarta parte es de gama avanzada, entre 600 a 900 euros y con tres y cuatro millones de píxeles. El resto del mercado se reparte, medido en unidades, entre las cámaras de ordenador de 0,3 y 1,3 millones de píxeles y las muy avanzadas, que superan los 1.000 euros.
'El argumento del píxel se ha terminado; se considera que con una cámara de dos a cinco millones de píxeles se puede obtener una foto de calidad suficiente para ser impresa', dice José Ignacio Abia. 'La diferencia entre una y otra la marca ahora el objetivo y las prestaciones que incluye', añade.
Se espera que en los próximos meses, en especial durante el periodo navideño, las marcas se concreten más en los modelos de gama media y las cámaras sean más económicas. Esto debería hacer aumentar más las ventas, al menos en unidades, en el último trimestre de 2002.
Un paso inevitable
Las reticencias hacia las cámaras digitales que había hace tan sólo un año entre los fotógrafos aficionados se han desvanecido. Ahora ya se considera inevitable el paso de la fotografía química a la digital. Lo difícil es decidirse por un modelo concreto. La mayor oferta se concentra en las cámaras que cuestan de 300 a 600 euros, con sensor de 2 millones de píxeles y zoom de dos o tres aumentos ópticos, porque los fabricantes consideran que ya se obtiene una fotografía de suficiente calidad impresa en el tamaño convencional de 10 por 15 centímetros. Los aficionados que se decantan por diseños muy atractivos y buscan una mayor calidad de imagen deben contar con un presupuesto de 600 a 1.000 euros, que es donde se sitúan los modelos con sensores de 3 y 4 millones de píxeles y objetivos más luminosos. Por encima de los 1.000 euros se entra en la gama de cámaras destinadas a los aficionados avanzados y semiprofesionales. Después ya están las réflex digitales destinadas a los profesionales. Todas las cámaras incluyen una tarjeta de memoria de 8 o 16 MB, con lo que se tiene que gastar otros 100 euros en tarjetas para la imprescindible autonomía.
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