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Hortaleza se pasa de decibelios

La proximidad del aeropuerto y de la M-40 han transformado este distrito, antes tranquilo, en uno de los más ruidosos

Pasear por el distrito de Hortaleza da una cierta sensación de alivio: el tráfico no parece tan congestionado como en otras zonas de la capital; menudean los jardines en torno a las casas, y la separación entre los edificios permite al caminante disfrutar de un buen pedazo de cielo sin tener que subirse a las azoteas. Ésa es la impresión que tiene el visitante ocasional, pero no los vecinos, que consideran que su distrito es cada vez más ruidoso y caro y está mal comunicado. Para intentar solucionar éstos y otros problemas funcionan varias asociaciones reivindicativas. Lo reconoce la concejal-presidente del distrito, María del Carmen Rodríguez Flores: 'Más de un tercio de los mayores de 16 años está afiliado a algún tipo de asociación'. Estos colectivos llevan años pidiendo mejoras sanitarias, sociales y medioambientales, e incluso publican un catálogo anual de necesidades del barrio.

Más de un tercio de los vecinos mayores de 16 años está afiliado a algún tipo de asociación
Una reivindicación histórica es la de construir una segunda Casa de Campo

'La Coordinadora de vecinos de Hortaleza es una de las más antiguas de Madrid, y además funciona muy bien', asegura el portavoz del Foro Ciudadano de Hortaleza, Francisco Caño. Bajo esta plataforma se reúnen 13 asociaciones de vecinos, además de partidos políticos y colectivos juveniles y culturales. Y exigen que la evolución del distrito, que ha pasado de ser una 'ciudad dormitorio' a una 'ciudad de servicios', según afirman, vaya acompañada de las correspondientes mejoras para sus habitantes.

Hortaleza pasó a ser distrito madrileño en 1950. Por aquel entonces existían grandes asentamientos de infraviviendas ocupados por la población inmigrante recién llegada a la capital en busca de trabajo. 'En 1966 comenzó el gran desarrollo urbanístico de la zona y de aquella época vienen los poblados de Canillas', rememora la concejal del PP. En la actualidad, el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) está sustituyendo 'la vivienda elemental', dice la edil popular, por pisos protegidos, tanto en Canillas como en la UVA (Unidad Vecinal de Absorción) de Hortaleza, las dos zonas que experimentaron la mayor concentración de inmigrantes en los años cincuenta y sesenta.

En los setenta el distrito comenzó a crecer por las zonas de Villa Rosa, Portugalete, Pinar del Rey, San Lorenzo y Manoteras. Allí se levantaron bloques de más de 10 alturas donde se instalaron familias de renta media, como asalariados y funcionarios.

'En los últimos 20 años el distrito ha pasado de ser periférico de clase trabajadora a ser lugar de expansión y revalorización del suelo', señala el concejal de IU Gerardo del Val. 'Con el cierre de la M-40 y la instalación de los recintos feriales (Ifema) ya se dan pasos importantes, pero con el desarrollo del Plan General de 1997 el distrito queda situado entre la ciudad aeroportuaria y la Operación Chamartín, y eso hace que el precio del suelo se haya multiplicado por tres', añade.

Esa evolución modifica también la radiografía social del distrito, según el concejal de IU: 'En los aledaños de la calle de Arturo Soria reside la pequeña y alta burguesía; los barrios tradicionales siguen ocupados por clase obrera y hay una zona en expansión junto a la autovía de Barajas (nacional II) -Los Llanos, Villa Rosa y Parque de las Naciones- donde los precios del suelo son prohibitivos'. La responsable del distrito coincide: 'Se está haciendo un gran esfuerzo por unificar las diferencias de status económico, pero el precio de la vivienda ha subido mucho'. Del Val esgrime el boletín de información económica del Ayuntamiento de Madrid del mes de mayo, que dice que el precio del metro cuadrado de la vivienda en Hortaleza asciende a 2.400 euros (400.000 pesetas). 'Los hijos de la gente que siempre ha vivido en el distrito tienen que marcharse a otros lugares porque aquí no se construye vivienda pública ni tampoco se cede suelo', denuncia. María del Carmen Rodríguez le rebate: 'En los planes de futuro del Consistorio está terminar el nuevo barrio de Sanchinarro, que tendrá 12.000 viviendas, de las cuales 7.000 serán públicas'.

Además de la vivienda, vecinos y partidos de la oposición están de acuerdo en que el distrito está mal comunicado en cuanto a medios de transporte público se refiere. Ya desde los años ochenta, con gobierno del PSOE en el Ayuntamiento, la principal reivindicación era la de una boca de metro en las zonas más populosas, Manoteras y Pinar del Rey, con unas 40.000 personas aproximadamente. 'Ahora el metro ha llegado a la zona y nadie entiende cómo el PP ha podido construir una línea rápida de metro hasta Barajas y se ha negado una estación en esos dos sitios', critica Del Val.

'La Comunidad intentó hacer una salida de emergencia en medio del parque de Pinar del Rey y nos negamos con manifestaciones; logramos que se trasladase a una glorieta cercana, pero al final no conseguimos hacer razonar al consejero de Obras Públicas para que aprovechase las obras de la ampliación de la línea 8 del metro y abriese una estación; en cambio, hay barrios menos poblados como Pitis [en Fuencarral-El Pardo] que tienen su boca de metro', protesta la edil socialista Noelia Martínez. 'Yo misma apoyé que hubiese metro en Pinar del Rey, pero la Comunidad no lo creyó conveniente, y ante eso, nada', aclara la responsable del distrito. Además de la escasez de estaciones de metro, el portavoz del Foro Ciudadano de Hortaleza añade al rosario de peticiones de transporte público 'la mala comunicación de enclaves como Las Cárcavas y Virgen del Cortijo, que tienen una línea de autobús con muy pocas estaciones'.

Otra reivindicación histórica del movimiento asociativo es la construcción de una segunda Casa de Campo para la ciudad. Según el edil de IU, 'iba a construirse sobre el vertedero de Las Cárcavas y se extendería desde Sanchinarro y Las Cárcavas hasta el aeropuerto'. Pero se construyó el recinto ferial Ifema 'y después el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, se sacó de la manga el nuevo barrio de Valdebebas, aunque prometió reservar 530 hectáreas de terreno para la zona verde', aclara Gerardo del Val, que teme que el futuro pulmón verde acabe reducido a un escueto parque urbano. 'Para colmo, el PP ha aprobado la construcción de la Ciudad Deportiva del Real Madrid: si bien no genera impacto ambiental por sí misma, sí lo harán los equipamientos que lleve alrededor y que acabarán encorsetando a la futura Casa de Campo del este', remata Martínez.

'El ruido de la M-40 y de Barajas han hecho que Hortaleza pasase de ser uno de los distritos menos ruidosos a uno de los más contaminados en el plano acústico. Por eso la construcción de esa gran zona verde, que tendrá un millón de árboles y un presupuesto de 168 millones de euros (28.000 millones de pesetas), según han prometido los políticos del PP, compensaría la emisión de CO2 en el ambiente', razona el portavoz vecinal Francisco Caño.

La lejanía y saturación de los hospitales de La Paz y Ramón y Cajal han llevado a los residentes de Hortaleza a exigir la construcción de un nuevo centro para la zona este, o la cesión para uso público del Hospital del Aire. La concejal del distrito se basa en informes del Imsalud para sostener que 'la dotación sanitaria es suficiente'. 'Tenemos que evitar que la gente acuda por cualquier cosa al hospital', alecciona en tono paternalista. 'Además, hay cinco centros de salud y uno de especialidades que se va a ampliar próximamente y se va a dotar de importantes medios técnicos para practicar buen número de pruebas médicas sin tener que ir al Ramón y Cajal y La Paz', promete. 'También se levantará un centro de salud en la calle de Silvano y otro en el nuevo barrio de Sanchinarro', agrega.

Frente a las protestas vecinales, la presidenta del distrito de Hortaleza presume y resalta algunos datos, como que es uno de los pocos distritos que no ha perdido población (de los 147.223 habitantes en enero de 2001 ha pasado a 148.598 en enero pasado), en el que abunda la juventud ('los menores de 16 años suponen un 15% del total de vecinos, o sea, dos puntos por encima de la media de todo Madrid'), apenas viven ancianos ('los mayores de 65 años son un 3,7% del total') y también escasea la población extranjera ('un 4,4 %, dos puntos por debajo de la media municipal').

La lectura de la realidad a través de estos datos es bien distinta cuando la hacen los grupos de la oposición. '¡Claro que no hay ancianos ni inmigrantes! Porque la política urbanística del PP va echando fuera de la ciudad a estos sectores y va convirtiendo Hortaleza en un distrito en el que sólo pueden vivir las clases más acomodadas', apunta Del Val.

La mayoría de ciudadanos extranjeros procede de la Unión Europea. 'Son profesionales de alto rango que trabajan para multinacionales, o empresarios', aclara el concejal de Izquierda Unida. Esta circunstancia hace, a juicio del edil, 'que la población de mayor edad que se concentra en los barrios populosos como San Lorenzo, Villa Rosa o Pinar del Rey pierdan peso frente a un sector más joven que llega para asentarse en las urbanizaciones nuevas del distrito'.

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