Los interinos y la lengua

En respuesta a mi compañera interina Eduarda Grao Lidon (EL PAIS, edición valenciana, 10-07-02), supongo que conoce l'Estatut, la Constitución, etc., pero con sólo usar la lógica y el sentido común sabe, como valenciana que se manifiesta, lo cual me produce gran satisfacción, que vive en un país donde conviven dos lenguas, una la propia, y otra el castellano, de importación, todo eso lo puede comprobar yendo a su espléndido, y no siempre bien atendido, Archivo Municipal, donde hallará la documentación en catalán, hasta el siglo XVIII; por tanto, conviene no vivir de espaldas a esa realidad. Si pretende ejercer en el territorio valenciano ha de conocer las dos lenguas oficiales. La frustración que nos describe es la misma que siento yo, ciudadano, como ella, de este país y valencianoparlante, que, a sus 38 años, no ha podido aprender su lengua materna en la escuela ni tampoco la historia valenciana..., Además, a veces me da la sensación de ser ciudadano de segunda; tengo dificultades para hacer valer mis derechos lingüísticos: no tengo prensa, poca radio, ni una televisión digna, casi toda la documentación, o la más importante, sólo aparece o se me extiende siempre en castellano... Respecto del requisito lingüístico, llega tarde, mal, es restrictivo y lo considero un insulto intolerable para un pueblo inteligente y desarrollado. De todas maneras, espero que cuando por fin se normalice la situación lingüística, si llega, saldrá el verdadero problema de fondo que tenemos planteado todos: la convivencia en igualdad y respeto entre el castellano y el catalán, ese es el autentico conflicto lingüístico valenciano. Yo también deseo dar las gracias a les Illes Balears, a Cataluña (más de 1000 interinos sólo en Catalunya), y a todas las demás por acogernos y permitirnos optar a un puesto de trabajo.