Río abajo contra el viento

Más de 3.000 personas descendieron ayer por el río Segre a bordo de 275 embarcaciones artesanales, que pueden ser de cualquier material, como madera o neumáticos, pero nunca llevar motor.

Era el primer día de la decimoctava edición de la tradicional fiesta Transsegre y en el trayecto, entre Camarasa y Sant Llorenç de Montgai, los participantes, por parejas o en embarcaciones de tamaño familiar, tuvieron que hacer acopio de fuerzas para luchar con el viento sólo con los remos, lo que impidió que la primera de las barcas completara el recorrido en menos de una hora.

Según la Admiral's Cup Lights, la organización que coordina el evento, en el descenso de este año se han inscrito 25 embarcaciones más que en el anterior, por lo que las barcas han salido en dos tandas, dada la gran cantidad de participantes. Y es que este año se ha alcanzado un récord. Entre el 30% y el 40% de las embarcaciones proceden de la capital catalana y de poblaciones de la provincia de Barcelona, como Terrassa, Capellades, Manresa y Lliçà.

El descenso por el río Segre continuará hoy por la mañana y las embarcaciones recorrerán el tramo que va de Gerb a Balaguer. Al finalizar, se entregarán los premios a las barcas más originales.

La organización de la fiesta, con la colaboración de los Raiers de la Pobla, verifica todas las embarcaciones antes del descenso para comprobar si está garantizada la seguridad de los tripulantes. Para empezar, todos deben llevar chaleco salvavidas.