Las trabajos para la semicobertura de la Gran Via empezarán en el mes de noviembre
Las admnistraciones licitan el 4% de las obras y aseguran que se terminarán en dos años
La enésima conferencia de prensa sobre las obras de cobertura de la Gran Via de Barcelona aportó un nuevo dato: la primera piedra debería ser colocada el 11 de noviembre, día de Sant Martí (nombre del barrio en que se encuentra la avenida). Ayer se anunció que en septiembre se hará la exposición pública y en octubre la licitación de trabajos correspondientes al 4% de las obras, con la voluntad de que ya no se pare y se terminen antes de dos años. La obra tiene un importe global de 79 millones de euros, pero en octubre sólo se licitará una parte que suma tres millones.
Manuel Martínez es el representante de los vecinos que reclaman la semicobertura de la Gran Via de Barcelona en el tramo comprendido entre Glòries y la calle de Extremadura (casi en Sant Adrià). Ayer estaba contento porque se anunciaba, por vez primera tras varios años de otros anuncios, un calendario. En el mes de septiembre se hará la exposición pública del proyecto, en octubre se licitarán las obras y en noviembre se colocará la primera piedra (el 11, día de Sant Martí, nombre del barrio).
Se trata, sin embargo, de un calendario parcial, porque hay que cubrir más de dos kilómetros de avenida y las obras que empiecen en noviembre sólo afectan a 250 metros. Los representantes de las administraciones que asumen el coste de la obra se comprometieron a que, una vez empezados los trabajos, ya no paren, de forma que todo el tramo quede cubierto y listo en un plazo de dos años.
Martínez pidió un calendario para el resto de las obras, pero sólo consiguió buenas palabras del consejero de Política Territorial, Felip Puig, y del primer teniente de alcalde de Barcelona, Xavier Casas. Antes, el representante de los vecinos hizo un encendido elogio del ex consejero Pere Macias y del fallecido ex teniente de alcalde, Antoni Santiburcio, que fueron, dijo, los artífices del pacto que hará que al fin 'se repare una injusticia histórica'.
El calendario de las obras viene en parte determinado por la construcción del trazado del tranvía que une Glòries y Sant Adrià pasando precisamente por la Gran Via. Para ser exactos, por debajo del voladizo que, en el lado de mar, debe ayudar a reducir el ruido de la avenida. En el lado de montaña se construirá un aparcamiento de 750 plazas. Sobre ambas partes, zona ajardinada. En estos momentos los laterales de la Gran Via acogen un gran número de coches aparcados. El Ayuntamiento ha pactado con los vecinos la construcción de otro aparcamiento en la calle de Perú. Primero en superficie y más adelante también soterrado.
Una vez construidas las pantallas laterales y otras en el centro de la actual, el nivel de sonido pasará de los 77,5 decibelios actuales a 63,7. Martínez pidió que la Gran Via deje de ser oficialmente una autopista y se convierta en avenida de Barcelona y, como tal, el Gobierno catalán la entregue al Ayuntamiento. La respuesta fueron buenas pero vagas palabras.
El precio de los pisos
Manuel Martínez está dolido con quienes han criticado que las administraciones hayan accedido a las reivindicaciones vecinales sin reclamar contrapartidas. En su opinión, es muy injusto decir que cuando se construyeron los pisos la autopista ya estaba allí y que las obras hechas con dinero público supondrán plusvalías para unos propietarios que compraron a un precio con ruido y pueden vender a otro más alto con una zona verde. Es imposible hoy por hoy saber cómo evolucionará el precio del metro cuadrado en la zona. Pero sí puede saberse cuál ha sido la evolución del precio de la vivienda en otro lugar donde había una vía rápida (la Ronda del Mig) y ha sido cubierta y convertida en zona de paseo: la confluencia de la calle de Brasil con la avenida de Madrid. En 1992, SASI vendió un piso de 115 metros cuadrados por 20 millones de pesetas. En 1998 (con la ronda en obras) una vivienda de 80 metros cuadrados fue comprada por 23 millones. Hoy, este último piso cuesta unos 50 millones. A este aumento hay que descontar el incremento global de la vivienda en toda la ciudad.
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