Palidez de Laurencia
Las coreografías demuestran su valía al insertarse con naturalidad en el repertorio. Éste es el caso de todas las obras creadas por Antonio Gades, que ha sido muy lento en producir (lo que, si eso asegura la calidad, es de agradecer) pero legando al ballet español obras como éstas, Bodas de sangre o Carmen. Bodas...(que ya estuvo en el repertorio del BNE) se reestrena también el próximo día 14 en Granada por la Compañía Andaluza de Danza. Los ballets de Gades son ya clásicos imprescindibles.
En Fuenteovejuna (su incorporación al BNE se proyectó en la época de la anterior dirección de Aída Gómez) hay una conjunción de elementos positivos que afianzan su valía, su importancia: la música atinada e inspirada de García Abril (su biografía falta en el programa), que ya había hecho con Gades Don Juan en La Zarzuela en 1965; los eficientes diseños de Pedro Moreno (con las deliciosas referencias a Noguchi en los aperos de labranza). Cuando esta obra se estrenó en el Teatro Carlo Felice de Génova con el propio Gades bailando y su compañía (recuerdo especialmente a Candi Román en el Comendador), la vibración fue otra. Más intensa y dramática, más honda. Hoy el BNE pone en rigor la misma pieza, pero se la siente tramitada con cierta frialdad; los bailarines se expresan correctamente (aunque entienden desigualmente el estilo), los solistas apuntan gestos voluntariosos, pero el producto carece de grandeza expositiva. Actualmente la plantilla no da fuste expresivo y se respira una cierta pretensión ecléctica poco aconsejable en la compañía titular española.
Ballet Nacional de España (BNE)
Coreografía y luces: Antonio Gades; música: Antón García Abril y otros; libreto: José Manuel Caballero Bonald y A. Gades; folclore: Juanjo Linares; diseños de vestuario y accesorios: Pedro Moreno. Teatro Real, Madrid. 9 de julio.
A casi 10 años del estreno, la obra sigue siendo grande en lo coréutico, a pesar del eclecticismo instrumental algo forzado de la banda sonora elaborada por Faustino Núñez y de un guión de notorio pespunte ideológico en hilo rojo que quizás no olvida otro ballet inspirado en la obra de Lope de Vega: Laurencia (Krein/Chabukiani, Kirov, 1939), hecho en el Leningrado del apogeo del realismo socialista.
Proteger tras nombres venerables y venerados el trabajo actual del BNE no es algo de suprema innovación, ni siquiera un hallazgo. Es un deber del conjunto, que también debía velar por la dimensión, la escala del baile.
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