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El agua de la desaladora de Blanes supondrá un encarecimiento del 40% de la tarifa doméstica

La desaladora de Blanes empezará a funcionar parcialmente el mes que viene, pero su puesta en marcha no es, de momento, un motivo de alegría para buena parte de los alcaldes de la zona, que abarca poblaciones de la Costa Brava y el Maresme. El motivo es que el precio del consumo doméstico puede aumentar hasta el 40% tomando como referencia las tarifas actuales. El Departamento de Medio Ambiente asegura que el coste del agua supone una media de 24 euros (unas 4.000 pesetas) por año y unidad de consumo. Esta agua sólo se utilizará para el consumo doméstico. Las industrias y los agricultores que se abastezcan por otras vías no sufrirán alzas en el coste.

El convenio que Medio Ambiente ha ofrecido a los ayuntamientos establece que el precio del metro cúbico se sitúe en 0,38 euros. La producción de la desaladora alcanzará los 10 hectómetros cúbicos anuales. El consumo de la zona es de 40 hectómetros cúbicos, de los que 26 corresponden al consumo doméstico y 14 se reparten a partes casi iguales entre la industria y la agricultura.

El Gobierno catalán tenía intención de que la desaladora fuera inaugurada el próximo 24 de julio por Artur Mas, conseller en cap y futuro candidato a las autonómicas por CiU. Finalmente no será así por problemas en la agenda del Ministerio de Medio Ambiente. Y es que el 85% de la desaladora se ha financiado con fondos europeos procedentes del tramo estatal, es decir, del que depende del Gobierno central. El 15% restante, y esto es también motivo de queja para los alcaldes, se financiará por la vía de las tarifas. Es decir, lo pagarán los usuarios.

Marta Lacambra, directora de la Agencia Catalana del Agua (dependiente del Gobierno catalán), explica que el pago del 15% es obligado por la legislación actual, que ha permitido obtener el 85% de financiación europea. También señala que el agua de la desaladora sólo puede ser destinada a consumo doméstico, de ahí que el precio que pueda tener no afecte a la industria ni a la agricultura.

Los socialistas, por su parte, se preguntan para qué utiliza el Gobierno catalán los ingresos que percibe por el canon de saneamiento. Pero además señalan lo que a su juicio es una gran contradicción que roza el sinsentido: 'El agua de la desaladora será destinada al consumo doméstico y esto permitirá regenerar el cauce del Tordera y el agua de los pozos, de donde se nutren las industrias. Es decir, los humanos consumirán agua mediocre y cara, y la industria y la agricultura seguirán teniendo agua buena, mejorada en este caso, y encima más barata', asegura el diputado Manel Nadal. Lacambra precisa que los industriales que se abastecen de pozos pagan los tributos que establece la ley.

Nadal critica también que la misma empresa que construye la desaladora sea la que la explotará. En su opinión, la ley del agua atribuía esta función a unas entidades supramunicipales. 'Otro asunto donde la legalidad no se sabe para qué sirve', precisó.

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