'Cuanto más modernos son los soportes, menos vida tienen'
José Ramón Cruz Mundet es el director del simposio Ciudad y cultura: Estrategias de acción desde archivos, bibliotecas y centros de documentación, que ayer se presentó en Vitoria, organizado por el Instituto Universitario Valentín de Foronda. El último libro de este profesor de la Universidad Carlos III de Madrid es Los documentos del poder; el poder de los documentos.
Pregunta. Parece que se les ha quitado el polvo a las figuras del archivero y el bibliotecario. La información y la documentación han pasado hoy día a un primer plano.
Respuesta. También la globalización de datos ha llegado a estos ámbitos. Imagínese que trabaja en un bufete de abogados en un momento en el que se puede acceder a todas las sentencias del mundo. Al haber tanto ruido es necesaria la criba especializada de información. La necesidad de organizar los archivos públicos y privados es imprescindible desde el simple punto de vista de la gestión.
P. ¿Es posible la biblioteca total en el mundo de la libre información por Internet?
R. Las bibliotecas no almacenan libros; son entes dinamizadores que permiten el acceso a determinados productos culturales. En el mejor de los casos (el Primer Mundo), la gente vive en apartamentos con gran tasa de ruido y muy poco espacio. Las bibliotecas ofrecen un lugar para el estudio y el acceso a medios de información inaccesibles económicamente para el ciudadano.
P. De momento, seguimos con el papel. ¿Qué impresión le merecen los nuevos soportes documentales?
R. Se da la paradoja de que cuanto más modernos son los soportes, menos duración tienen. Hoy se pueden consultar papiros de hace milenios y, sin embargo, documentos notariales de hace un siglo, se caen a pedazos. Los soportes magnéticos tienen en teoría una duración ilimitada, pero el problema es que las tecnologías que los soportan caducan de un día para otro. Quizás nos encontramos con que los documentos que se guarden para el futuro no se puedan consultar por carencia de medios.
P. ¿Qué opina de la reclamación de la Generalitat para recuperar de sus documentos en el Archivo de Salamanca?
R. El asunto tiene al menos dos enfoques: político y técnico. Desde el primer punto de vista, el problema es que en España, con la transición, se asumieron y legitimaron las instituciones franquistas. Por lo tanto, la creación del Tribunal para la represión del Comunismo y la Masonería y su posterior conversión en Archivo es legítima. Entonces habrá que ver si prima la legitimidad de las instituciones democráticas catalanas o la del franquismo. En este sentido, creo que manda la devolución del patrimonio expoliado. Desde el punto de vista técnico, habría que decir que aquello no es un archivo, es un centro de documentación para la represión, con lo que no pasa nada si se devuelven todos los originales a sus propietarios.
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