La oposición devuelve el primer presupuesto debatido en Bilbao

Toda la oposición municipal de Bilbao votó ayer en el pleno en contra del proyecto de presupuestos para 2002 presentado por el equipo de gobierno que encabeza Iñaki Azkuna. Las cuentas para este año fueron devueltas con los votos del PP, el PSE-EE, IU-EB y Batasuna.

El equipo gobernante, integrado por PNV-EA e Iniciativa Ciudadana Vasca (ICV) volvió a quedarse solo en esta ocasión, la primera de esta legislatura en la que el pleno debatía un proyecto de presupuestos. El año pasado presentó públicamente unas cuentas pero nunca llegaron al pleno al fracasar su intento de pactarlas con los socialistas.

Ninguna de las enmiendas a la totalidad presentadas por cada uno de los cuatro grupos de la oposición logró el apoyo suficiente para salir adelante. Tampoco fueron aprobadas las únicas enmiendas parciales, presentadas sólo por Batasuna.

La oposición coincidió en criticar el proyecto del equipo gobernante tanto por el fondo como por presentarlo tan tarde. El desenlace de la votación de las cuentas para este año hace prever que Azkuna, que gobierna en minoría desde que accedió al cargo de regidor, concluirá su mandato el año que viene sin haber podido aprobar un presupuesto propio en toda la legislatura. El Ayuntamiento de Bilbao funciona con prórrogas presupuestarias y crédiros adicionales. La última vez que el pleno aprobó unas cuentas fue en 1999.

El proyecto de presupuesto para 2002 fue rechazado con los los noes de toda la oposición (18) y diez síes del equipo municipal. El único concejal de EA, José Manuel Uribarri, se ausentó del pleno durante la votación definitiva, algo que atribuyó a un despiste. Las cuentas devueltas sumaban 369 millones de euros y un incremento en las inversiones del 21%.

Para el concejal de Hacienda, Iñaki Etxebarria (PNV), el rechazo del presupuesto es un reflejo de la política de confrontación que existe en Euskadi. Etxebarria aseguró que su grupo sigue con 'la mano tendida' para alcanzar un acuerdo y aseguró que se ha esforzado por buscar un socio presupuestario. Tampoco ocultó que el PSE era el preferido.

El edil de Hacienda negó que hubiese negociado con Batasuna el proyecto presupuestario, en contra de los revelado la víspera por el portavoz de la coalición, Lander Etxebarria. El PNV 'ha hablado de este asunto con todos los grupos, también con Batasuna, pero hablar no es pactar', aseguró Iñaki Etxebarria. El PNV, de hecho, rechazó las nueve enmiendas parciales presentadas por la coalición radical. 'Aunque algunas de sus enmiendas parciales son perfectamente asumibles, saben muy bien que no habrá pacto mientras no condenen la violencia y a ETA. A ustedes y a nosotros, nos separan la muerte y la extorsión', le dijo el responsable de Hacienda a Batasuna.

C´redito adicional

Sin embargo, a la hora de votar un crédito adicional de 6,1 millones de euros para financiar una serie de proyectos concretos este año, el equipo gobernante recibió el apoyo de Batasuna, lo que permitió su aprobación. El mes pasado, el pleno sacó adelante otro crédito adicional de 2,9 millones de euros. En aquella ocasión también IU votó a favor. IU también respaldó ayer, con PNV-EA, ICV y Batasuna la plantilla del Ayuntamiento para este año. En ambas votaciones, tanto socialistas como populares votaron en contra.

El PP, el PSE e IU explicaron en el pleno que rechazaban las cuentas de Azkuna porque discrepan de las prioridades incluidas en el proyecto y porque éste 'llega con tres años de retraso' al pleno. El portavoz del PP criticó el presupuesto porque no presta la debida atención a tres problemas básicos de la ciudad: el desempleo, la vivienda y las diversas necesidades de los diferentes distritos.

Para el PSE, señaló Dimas Sañudo, las cifras presentadas por el concejal de Hacienda reflejan la situación del equipo de gobierno, que 'carece de credibilidad política'. Julia Madrazo, de IU, criticó que Azkuna no haya buscado el consenso, que no lo haya debatido -como exige la ley- en los consejos de distrito, y que lo planteara en el pleno para dar la impresión de que 'la oposición está derribando el presupuesto'.