Emilio Guevara desestima encabezar la lista del PSE para la Diputación alavesa
El secretario general de los socialistas alaveses, Javier Rojo, sondeó a principios de mes al abogado y ex diputado general de Álava, Emilio Guevara, sobre su disposición a encabezar, como independiente, la lista del PSE para las Juntas Generales de esta provincia en las elecciones del año próximo.
Guevara, que fue expulsado del PNV el pasado mes de febrero, por criticar en un artículo la deriva soberanista de Arzalluz, ha confirmado la existencia de una cena con Rojo en esas fechas, que enmarcó en las relaciones de amistad que mantienen desde hace años, aunque matizó a EL PAÍS que no se produjo una propuesta formal por parte del dirigente socialista. Entre otros motivos, porque el actual esquema vital y profesional de Guevara descarta su dedicación preferente a la actividad política. Javier Rojo se ha referido a esta realidad para puntualizar que en la cena no pasó de un tanteo, por lo que no puede decirse que se hubiera producido una oferta.
La importancia que tiene Álava para que tanto los nacionalistas como el Partido Popular se consideren vencedores o derrotados en las próximas elecciones municipales y forales augura que unos y otros echarán el resto en este territorio. El PSE alberga grandes temores a ver desdibujada su presencia electoral debido a la enorme polarización que se anuncia, dado al interés de los nacionalistas por recuperar este territorio y del PP por mantener la Diputación foral y el Ayuntamiento de Vitoria, que gobierna desde los últimos comicios. Para los propósitos políticos de unos y otros, el control de las instituciones alavesas adquiere una importancia estratégica. Y los socialistas no cuentan con un candidato con tirón personal entre los electores que les permita abrirse camino entre los dos bloques.
El prestigio de Guevara en amplios sectores de la sociedad alavesa es un activo electoral de primer orden, que los socialistas no han sido los únicos en valorar. De hecho, el PNV llegó a proponerle que encabezara en Álava la lista del Senado en 2001, cuando ya tenía abierto el expediente disciplinario que concluyó el pasado febrero con su expulsión del partido, por criticar en un artículo de prensa la deriva soberanista de Arzalluz a partir del Pacto de Lizarra y recordar a los militantes la película El motín del Cain.
Emilio Guevara, uno de los padres del Estatuto y la Ley de Territorios Históricos y primer diputado general de Álava de la democracia, mantiene reservas prácticamente definitivas sobre su vuelta a la actividad política, al menos en un cargo público de relevancia y que requiera una cierta dedicación. 'Ni por edad ni por el abandono de mi despacho profesional que eso exigiría me veo en una apuesta como esa', señaló.
Sólo por necesidad
Por el contrario, el prestigioso abogado sí mantiene su disposición, que ha expresado públicamente al igual que el ex alcalde de Vitoria, el peneuvista José Ángel Cuerda, a prestar su nombre a socialistas, populares, o a eventuales candidaturas conjuntas, si se dieran por necesidad en algún municipio donde dichas formaciones tengan dificultades para presentarse a las elecciones de 2003. 'Si me preguntan si estoy dispuesto a figurar en la lista de Salvatierra o de Aramaio, no hay duda de que ahí estaré'.
Guevara se plantea esa disponibilidad como un compromiso ético, dada la situación de acoso que viven socialistas y populares; el mismo compromiso que le ha llevado a formar parte del patronato de la Fundación Fernando Buesa y de la Fundación para la Libertad, presentada el pasado sábado en Bilbao. La vuelta al compromiso político a pleno tiempo, sin embargo, la descarta. 'No me imagino qué circunstancias de emergencia social podrían empujarme a aceptar volver a un cargo público', señaló.
