Maullido de gato

Ante un artículo publicado el 10 de junio, el conjunto del profesorado expresa su malestar por las informaciones vertidas por los padres de una alumna de educación infantil de tres años con síndrome de maullido de gato de nuestro centro.

En primer lugar declaramos nuestra total y absoluta disconformidad hacia dichas informaciones que en absoluto consideramos objetivas ni ajustadas a la realidad. Nuestras razones son:

1º) Desconocemos las intenciones de tal publicación y sí constatamos la desinformación de los tiempos y cuidados que se dan a la alumna.

2º) Las atenciones que recibe por parte de los especialistas del área son las que se pueden ofrecer, dado el número de alumnos con necesidades educativas especiales y la organización interna permite, habiéndosele prestado especial atención a su caso.

3º) Es cierto que no se disponen de todos los medios adecuados para características tan específicas. Es un problema administrativo y económico.

4º) Referente al mobiliario (mesa y silla) que, argumentan, han proporcionado los padres al centro, hemos de señalar que ambos son propiedad del colegio y que fueron adaptados generosa y desinteresadamente por maestros, monitor de especial y personal de servicio, tomando como modelo los que se confeccionaron para otra alumna.

5º) Por las necesidades de locomoción que presentaba la niña se les solicitó que trajesen al centro el andador que tenían en su domicilio. Ante las dificultades que alegaron, la junta económica y la dirección estimaron su adquisición.

6º) Nuestro centro se caracteriza por ser abierto, humano, amable y dispuesto a resolver los problemas o situaciones que la actuación diaria va presentando.

7º) Afirmamos rotundamente que ningún alumno queda sin control y mucho menos esta alumna que necesita del apoyo continuo de un adulto para desarrollar cualquier actividad ya sea en el recreo o en el aula.

8º) Nos preguntamos qué tipo de comunicación existe entre los padres y la tutora al admitir que se la deja abandonada por tierra, como un objeto, sin prestarle atención. Es cierto que pasa la mayor parte del tiempo sentada, ya que su motricidad no le permite el desplazamiento autónomo y seguro.

9º) En ningún caso la tutora emitió el juicio que afirman los padres respecto a que los maestros 'no aguantaban a la niña'. La profesora afirmó que 'la niña no aguantaba tanto tiempo seguido', dadas las circunstancias de lo que supone la edad de escolarización y las características propias de la alumna.

10º) Lamentamos la incomprensión de la labor que se realiza con su hija si bien reconocemos que todo en educación puede ser mejorable.

11º) Comprendemos el sentimiento y la indefensión de los padres al tener un hijo con dificultades especiales y que no reciben las ayudas necesarias.