La justicia francesa autoriza la extradición de Olano a España

El Tribunal de Apelación de Pau (Francia) autorizó ayer la extradición a España del ex portavoz de las Gestoras pro Amnistía, Juan María Olano, y rechazó por sexta vez su petición de libertad provisional, en previsión de que pueda darse a la fuga. Las decisiones del tribunal llevaron al presunto etarra a arremeter, enrabietado, contra el presidente de la corte, Henri Sequet, al que acusó de 'acatar la voluntad de España'. Olano permanecerá previsiblemente en prisión el tiempo que se dilaten los recursos para evitar su entrega, lo que puede oscilar entre los diez meses y el año y medio de cárcel.

Olano fue detenido el pasado 3 de diciembre en ejecución de una orden de busca y captura dictada por el juez Baltasar Garzón. La orden llegó a Francia en noviembre, un día después de que Olano participara en Bayona en una manifestación contra la causa judicial que se seguía en España contra 12 miembros de Gestoras detenidos en una operación el 31 de octubre, de la que él logró escapar.

El fallo de las autoridades judiciales de Pau dispone que Olano podrá ser extraditado para ser juzgado en España por presunta pertenencia a ETA y por hechos relativos al entramado de la banda a partir del 12 de febrero de 1995, ya que con anterioridad a esa fecha los hechos se declaran prescritos.

Las decisiones del tribunal de Pau suponen un duro revés para el ex portavoz de Gestoras y ponen coto al desafío de sus apariciones en actos multitudinarios cuando pesaba sobre él una orden de captura internacional. Olano, fuertemente contrariado, calificó de 'vergonzoso' que el tribunal haya 'acatado la voluntad de España sin que existan pruebas' y le espetó al presidente del tribunal, Henri Sequet: 'España siempre recompensa bien a los que le sirven'.

La manifestación de Olano provocó el enojo del magistrado francés, quien le replicó secamente: 'No espero nada del Gobierno español'.

Olano siguió despotricando que su extradición 'equivale a aceptar que denunciar la tortura es un delito', y amenazó con que su entrega 'abre la puerta a un aumento de la violencia en el País Vasco', que se interpretó como un síntoma de recrudecimiento de la actividad terrorista.

El tribunal de Pau desestimó que las imputaciones del juez Garzón contra Olano estuvieran basadas en algún tipo de 'delito político', lo que le hubiera abierto la puerta a una demanda de asilo. Para los jueces franceses, Olano está implicado en un caso de 'asociación de malhechores'.

De recurso en recurso

La letrada Yolanda Molina, defensora de Olano, anunció en Pau que presentará 'un recurso ante la instancia judicial superior' Y añadió que si es desestimado, acudirá ante el Consejo de Estado francés. Molina pedirá que Olano, en la actualidad encarcelado cerca de Burdeos, no sea extraditado, con el argumento de que 'la policía española practica la tortura'.

El recurso de Olano, si sólo es revisado por motivos de forma, puede estar resuelto en tres o cuatro meses, quedando luego a la espera de que el primer ministro ordene que se ejecute la entrega. Pero si el tribunal superior revisa el fondo de la cuestión, el plazo puede prolongarse considerablemente.

La abogada acudirá también al Consejo de Estado, que emitirá su dictamen con mucha más celeridad que el Tribunal de Casación, puesto que esa institución no puede tomar en consideración el fondo del caso sino tan sólo si se han respetado las garantías procesales. A partir de ahí, Olano ya sólo podría evitar la extradición si el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo admite a trámite otro recurso. En total, y siempre que las decisiones judiciales ratifiquen lo acordado por los magistrados de Pau, Olano permanecerá en su celda de Burdeos un tiempo que puede oscilar entre los diez meses y el año y medio.

Juan María Olano, de 46 años, natural de Gaintza ( Guipúzcoa), fue condenado en 1997 como integrante de la Mesa Nacional de Herri Batasuna a siete años de cárcel, junto con otros 22 correligionarios. El antiguo diputado de HB sólo permaneció un año y siete meses en prisión, ya que, en pleno alto el fuego de ETA, el Tribunal Constitucional anuló la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo. Olano ya había sido sentenciado con anterioridad, en 1978, como integrante de un comando de ETA. Entonces tuvo que purgar una pena de algo más de cinco años de cárcel.

Tras la sentencia del Constitucional de julio de 1999, Olano quedó en libertad. Fue en octubre de 2001 cuando optó por instalarse en Francia para intentar escapar a las operaciones dirigidas por Garzón, destinadas a desactivar un entorno de ETA que se considera al servicio de dicha organización con un alto grado de complicidad.

Tras pasar la frontera huyendo de la justicia, Olano estuvo viviendo un par de meses cerca de Bayona. Acudía a menudo a locales de Askatasuna (entidad que sucedió a Gestoras al ser éstas ilegalizadas) con los independentistas vascos franceses en esa localidad. Concedía entrevistas a la televisión pública francesa y participaba en manifestaciones o mítines en la zona, hecho que sembró la duda sobre la eficacia de las tantas veces aplaudida colaboración policial franco-española, máxime cuando en el caso de Olano existía una orden de busca y captura internacional.